Cuando llega el invierno, ¿te sientes desanimado? ¿No tienes ganas de salir? ¿Lloras porque el verano ya se ha terminado? Tranquilo, tenemos la solución perfecta para ti.
¿Sabías que escuchar música en vivo puede hacerte aún más feliz de lo que crees? Y no sólo porque te guste y la disfrutas, sino que está científicamente comprobado que sentir la música en directo tiene grandes beneficios sociales, psicológicos y fisiológicos para ti. Aquí te contamos cómo la música puede ser la mejor medicina y hacerte feliz aunque el verano se haya ido:
1. Reduce el estrés
Asistir a un concierto reduce nuestros niveles de cortisol, la hormona del estrés. Independiente de tu sexo, edad o conocimiento en el área musical, todas las personas después de vivir este tipo de experiencia, mostraron cambios en su nivel de cortisol. Por lo que si necesitas relajarte o subirte el ánimo, ya lo sabes, invierte en algún (o algunos) conciertos próximos.
2. Felicidad extrema
Resulta que cuando eres parte de la multitud que canta en conjunto y alza sus mecheros al ritmo de la música, nuestro cerebro libera opioide (algo así como la morfina), por lo que nos provoca mucho placer, como cuando comemos algo que nos fascina o saboreamos una buena copa.
3. Te hace sentir seguro
Nuestro cerebro interpreta un concierto en vivo como una situación segura en la cual no es necesario estar demasiado alerta. Sentimos que estamos entre los nuestros y que todos a nuestro alrededor comparten la misma pasión por lo que están escuchando.
4. Una mirada positiva frente a la vida
La diferencia entre la música grabada y la música en vivo, en cuanto a las sensaciones que provocan, es básicamente que esta última logra que concentres toda tu atención y emociones en ese instante, en ese lugar y con esas personas. Sentirte seguro, feliz y relajado no es algo que se te pase de la noche a la mañana, estos sentimientos perduran y logran que mires las cosas con una perspectiva diferente.
5. Te energiza
La euforia que provoca ver en vivo y en directo a tus artistas favoritos, no tiene comparación. Es una mezcla de felicidad, emoción y un poco de ansiedad. Sientes que no podría pasarte nada mejor que estar ahí junto a tus amigos, rodeado de gente que está igual de contenta que tú. No es sólo una sensación, realmente sientes la motivación y la capacidad de seguir saltando y bailando durante muchas horas más.
Independiente de cuál sea tu motivación o la estación del año en la que estemos, siempre será una buena idea asistir a un evento musical de calidad, así que, que no te deprima el fin del verano… porque todavía queda algo aún mejor.