Increíble lo que se puede hacer de las murallas.
Qué mejor que tener un par de aretes o collar nuevo. Ahora imagina que esos hermosos nuevos accesorios que te regalaron, te compraste o encontraste, están hechos de antiguos graffittis pintados en muros. ¿Cómo? Sí, te cuento que esto es posible, no te estoy mintiendo. Y además de lo genial que suena, ¡son hermosos!
Y la cosa mejora aún más, todo este trabajo realizado por artistas de la ciudad norteamericana de Detroit, tiene como objetivo darle trabajo a las mujeres que están en condiciones económicas desfavorables. Además, les dan clases de marketing y economía para que puedan desenvolverse en el mundo de los negocios y sepan cómo manejar una pyme u organizar sus finanzas.
¿Cómo partió todo esto?, Amy Peterson trabajaba cerca de un refugio en el que escuchaba las historias de las mujeres que ahí se quedaban.
“Escuchar sus historias era inspirador por el coraje que tenían. Estas son mujeres que han sufrido mucho abuso físico, emocional y financiero, que reconocen una mala situación y se van para buscar una nueva oportunidad”
-Amy Peterson a Huffington-
Entonces a Amy se le ocurrió hacer algo con estas chicas que se iban de las casas de acogidas junto con su amiga Diane Russell. Y un día caminando por la calle, vio un pedazo de graffitti tirado y pensó en cómo se podía reutilizar algo tan lleno de colores. Ahí fue cuando se le encendió la ampolleta y comenzaron con Rebel Nell.