Fueron cuatro meses de mucho trabajo.
Li Rongjun, un joven de la ciudad de Chongqing, China, trabajó cuatro meses para concluir un proyecto único. Con 8.500 botellas de vidrio de cerveza, 11.000 dólares y la ayuda de su padre, construyó una oficina como ninguna otra. Era su sueño, un sueño que no había logrado realizar mientras trabajaba en algunas empresas de construcción local como practicante.
Pero aunque muchos limitaron su idea, él no se rindió.
“No importa si tengo éxito o no, quiero darle a mi sueño una oportunidad”.
Li quería construir un espacio práctico, artístico, funcional y de alguna u otra forma, promocional.
Este espacio, asegura el joven (quien estudió en la Inner Mongolia University of Science and Technology), es su carta de presentación para futuros planes de negocio. Es una forma de vender su talento y de vender sus ideas que más adelante le permitirán llegar muy lejos. En otras palabras, esta oficina será su herramienta para atraer clientes.
“Él es independiente desde pequeño. Siempre pudimos ver que tenía una fuerte determinación para crear su propio negocio. Cuando se propuso construir la casa de cristal, aunque somos una familia de escasos recursos, inmediatamente le dije que tendría mi apoyo completo.”
-Padre de Li-
¿Cómo se hizo la casa?
Para que la estructura fuera resistente, tuvieron que hacer 40 capas de botellas que están instaladas en filas y con la base apuntando hacia adentro. Entre éstas, hay cemento y piedras.
¿El resultado? Extraordinario.
Incluso sus vecinos están felices con el proyecto realizado por este joven emprendedor.
“Por la noche se ve aún mejor. Las luces están encendidas y el edificio se ilumina y parte de la luz verde brilla sobre la carretera cercana”.
-Li Yan- Vecino.
¡Buen trabajo!