Simplemente iba pasando por ahí… ¡quién como ellos!
El alma humanitaria que tiene Angelina Jolie es realmente admirable y digno de seguir. Cuando Allen y Brandon Alexander trataban de vender su oso de peluche de 2,5 metros en un improvisado mercado callejero en Los Ángeles, EE.UU, llegó un momento en que se comenzaron a desesperar porque nadie paraba a ayudarles con la compra. Hasta que repentinamente un carro frenó y era nada más ni nada menos que la famosa actriz junto a su hijo Shiloh.