El desafío estaba en ver cómo reaccionaban los sujetos ante su cuerpo desnudo. ¿Te atreverías?
Una vez estuve en una sesión fotográfica y, si bien no tengo mucha vergüenza ante la cámara y conocía al profesional que estaba a cargo, fue algo incómodo y por momentos ridículo. Nunca es fácil, y menos si es desnudo -no era mi caso en esta ocasión, por si las moscas-, ya que quedamos completamente vulnerables ante un lente desconocido que nos retratará por la eternidad. Aterrador, ¿no?
Pero Trevor Christensen, un fotógrafo reconocido de Los Ángeles, quiso darle una vuelta de tuerca al asunto, con su proyecto “Nude Portraits” -sí, bastante obvio-. Sin embargo, no serán los sujetos fotografiados quienes se despojen de sus prendas, sino que, y contra todo pronóstico, él.
“Mi pensamiento fue que soy una persona que está cómoda sacando fotografías, ayudando a otro sujeto a sentirse cómodo mientras lo hago. ¿Qué pasaría si me convirtiera en un fotógrafo que esté incómodo haciendo su trabajo, mientras fotografió a otro sujeto que está igual de incómodo que yo?”, comenta el profesional respecto a su proyecto, el cual realizó con gente desconocida que lo contactó, amigos, y hasta una ex pareja.
¿Se animan a adivinar quién de ellas es?
“Incluso con gente que conocía, fue muy estresante y extraño mantener una conversación y dirigir una sesión de fotos mientras estaba desnudo. Hice cerca de 50 sesiones y nunca las disfruté realmente”, relata Christensen, quien realizó este experimento para explorar la vulnerabilidad que sienten los sujetos ante un cuerpo desnudo, y cómo reaccionan ante él.
“Mientras me fui acostumbrando al proceso, dejé de estar tan intimidado por la experiencia como al principio. También noté que los sujetos no reaccionaban tan fuerte a mi desnudez”, explica sobre los resultados de su proyecto, los cuales fueron desde la sorpresa, la risa -en su mayoría cuando eran hombres-, la vergüenza e incluso la calma.