Denisse Toala, de 16 años, ayuda a más de 40 niños que no pueden acceder a la educación on line.
La pandemia mundial ha tenido consecuencias no sólo en el sistema de salud y lamentables muertes. También ha afectado el ámbito económico, social, de relaciones y educación. En este último, afecta a niños y adolescentes que no pueden estudiar si no cuentan con las herramientas tecnológicas necesarias.
Casi nadie en el vecindario de la Realidad de Dios, en Ecuador tiene una computadora o un teléfono celular con un plan de datos, lo que deja a un gran grupo de niños sin participar en la educación on line, que ha reemplazado a la versión tradicional en medio de la crisis sanitaria.
Una joven creó una escuela improvisada debajo de un árbol en un barrio de bajos recursos del norte de Guayaquil para ayudar a unos 40 estudiantes. Estos niños no han podido estudiar durante el confinamiento por falta de acceso a internet.
Denisse Toala, de 16 años, se reúne con niños y usa su teléfono celular para revisar los sitios web de las escuelas y ver qué tarea se les ha asignado, lo que no podrían hacer por su cuenta. “El COVID-19 ha causado dificultades en el frente económico, pero especialmente en educación. Se merecen una educación”, dijo Toala a Reuters.
La joven, que está en sus últimos años de secundaria, puso una pizarra, material educativo y un cartel de bienvenida que dice: “Aprende a enseñar”.
Los padres de los niños que Toala ayuda están agradecidos. “No hay internet, no hay señal (celular) y mis hijos habrían perdido un año (de escuela) si no fuera por el árbol y la maestra”, dijo Gina Pérez, cuyos cuatro hijos estudian todas las tardes en la escuela improvisada.
Según UNICEF Ecuador el 37% de los hogares del país tienen acceso a internet y que la situación es más grave en las zonas rurales, donde el 16% de los hogares tienen acceso a internet.