Desafió los pronósticos médicos y pudo acunar a la pequeña Millie en brazos.
Un valiente niño británico luchó contra el cáncer terminal el tiempo suficiente para poder sostener en sus brazos a su hermanita recién nacida. No estaba dispuesto a renunciar a la vida antes de eso, a pesar de los diagnósticos desfavorables, Bailey Cooper mostró que la fuerza de voluntad y el deseo pueden hacer milagros.
Bailey de nueve años de edad, batalló contra la enfermedad durante 15 meses y estaba decidido a mantenerse con vida hasta la llegada de la nueva integrante a la familia. La pequeña nació en noviembre y en diciembre él perdió la lucha.
Doctores le dieron semanas o días de vida una vez que el cáncer se expandiera por su cuerpo, pero el desafió esas probabilidades por Millie, como llamaron a la bebé, informó Bristol Post.
Los tratamientos y la quimioterapia debilitaron el cuerpo de Baily, en agosto del 2018 les dijeron que el niño no viviría mucho tiempo, que apenas le quedaban algunas semanas de vida. A esas altura el pequeño ya sabía lo que le iba pasar, inclusive comenzó a planear su funeral, pero mientras tanto la barriga de su madre crecía y crecía.
“Los médicos dijeron que iba a ir antes de que naciera Millie. El no lo hizo Peleó, y de camino al hospital, dijo que deberíamos llamarla Millie”, dijo Rachel. “Pero en el momento en que la conoció, comenzó a empeorar rápidamente”.
Millie nació en noviembre y el muchacho pudo conocerla y abrazarla, “no pensamos que duraría tanto tiempo, pero estaba decidido a conocer a Millie. Llegó finales de noviembre y la pudo ver. La abrazó e hizo todo lo que un hermano mayor haría: cambiarla, lavarla, cantarle“, sostuvo su madre a Bristol Post.
El viernes 22 de diciembre fue llevado de urgencia al hospital, era hora de partir, “nos sentamos allí hora tras hora, viéndolo irse. Le leímos cuentos y escuchamos su música favorita. A las 11.45, estábamos junto a su cama. Le dijimos ‘es hora de irse Bailey’“. Finalmente perdió la vida al medio día de la víspera de Navidad.