Siguen siendo mi segunda familia.
Mis amigas son mis hermanas, es así de claro. Ellas han cuidado de mi cada vez que lo he necesitado, me han apoyado en todo, sin importar lo que fuese, han estado a mi lado para reír y para llorar, han amenazado a distintos chicos que si no me cuidaban se las verían con ellas (y han cumplido sus amenazas) y me han acompañado a través de las cosas buenas y malas que me han ocurrido en la vida.
Hoy en día nos separan kilómetros de distancia y distintos planes para nuestras vidas, sin embargo, seguimos estando juntas en pensamiento, en espíritu y en el amor que por siempre nos unirá.
Sé que no nos vemos tan a menudo y que no siempre es posible hablar cada vez que queremos, pero quiero que sepan que son parte constante de mi día y que pienso en ustedes siempre.
Estos son algunos de los momentos en los cuales más las extraño.