Las niñas comenzaban a usar estos aros en sus cuellos a los 5 años.
Las mujeres padaung, también conocidas como ‘mujeres cuello de jirafa’, son parte de la tribu Kayan, una de la minorías étnico-birmanas de Birmania. La tribu se compone de aproximadamente 7.000 miembros y las mujeres se caracterizan por utilizar aros en sus cuellos, razón por la que han sido denominadas ‘mujeres de cuello de jirafa’. Los aros son puestos en sus cuellos a la edad de 5 años y a medida que crecen se añaden más. Esto comprime la caja torácica y hace que la clavícula cambie de posición, creando la ilusión de un cuello extremadamente largo. Está de más decir que es una práctica dañina para la salud.
El origen de la costumbre es misterioso. Diversas teorías han intentado explicar esta práctica: desde que se usaba para hacer que las mujeres fueran menos atractivas a los comerciantes de esclavos hasta que era una forma de proteger sus gargantas de los ataques de los leones. Sin embargo, no existe prueba de la primera teoría y la segunda teoría falla al no ofrecer explicación ante una posible protección para los hombres. (Sólo las mujeres utilizan estos aros).
La única explicación que queda es que, dentro de la tribu, un cuello largo sea considerado un símbolo innegable de belleza.
Durante 1930 las ‘mujeres con cuellos de jirafa’ se hicieron muy populares en Europa, especialmente en el Reino Unido. Ellas eran la atracción principal de diferentes ferias y circos. La gente pagaba por verlas por el simple hecho de que eran una atracción exótica. Aunque han pasado casi 90 años desde este hecho, la dañina tradición de las mujeres Padaung sigue viva, todo gracias a los turistas occidentales que siguen buscando ver a estas mujeres de largos cuellos.
Aunque muchas mujeres se niegan a seguir con la tradición de su tribu en un intento por integrarse a la sociedad tailandesa moderna, muchas otras deciden seguir debido a los niveles de pobreza en los que viven y a la gran cantidad de dinero que los turistas occidentales son capaces de pagar sólo por verlas. Esta práctica ha sido rechazada por la inconveniencia que provoca, aunque muchos parecen olvidar los problemas de salud asociados.
La pregunta es simple: ¿seguiremos haciendo de lo ‘exótico’ algo que consumimos sin pensar en las consecuencias?
¿Qué piensas de esta costumbre? ¿Crees que debería acabarse? ¡Cuéntanos!