A pesar de que en cuartos de Libertadores ya hay VAR, el árbitro desestimó e Independiente quedó eliminado.
No ha sido un buen “debut” para el VAR en la Copa Libertadores. Si en la primera llave de los cuartos de final ya había polémica por la expulsión de Dedé ante Boca Juniors, la segunda rueda ha traído nuevos -y peores- incidentes que ponen en tela de juicio la funcionalidad del vídeo arbitraje.
Y más allá de criticar su implementación, son los árbitros -y el equipo humano tras el VAR-, quienes no han estado a la altura de las circunstancias. Y lo de ayer fue un claro ejemplo de ello. River Plate e Independiente se jugaban la vida -tras empatar a 0 en la ida- en el Monumental, cuando en el 27′, Javier Pinola cometió una clamorosa falta en contra de Martín Benítez en plena área.
El defensor de la “bandasangre” se barrió con todo, tocó la pelota, pero dejó la pierna completamente en alto, dándole un feroz planchazo a su rival. El jugador de Independiente cayó al piso, retorciéndose de dolor, mientras sus compañeros le exigían un claro penal a Anderson Daronco. O al menos la expulsión del zaguero. Y no sólo ellos, sino que también los comentaristas, y probablemente un buen número de aficionados en sus casas.
Pero desde la cabina del VAR no lo vieron así, y le informaron al referí brasileño que no correspondía sanción. Y Daronco, confiando en el criterio de sus compatriotas del vídeo arbitraje, les hizo caso y ni siquiera revisó la jugada para confirmarlo. No cobró absolutamente nada, ni amarilla, a una jugada que pedía a gritos, al menos, el penal.

“La jugada de Pinola y Benítez hubiera cambiado el partido”, reflexiona Ariel Holan, el DT del “Rojo”. “A mí me dio la sensación de que era una jugada de penal y de expulsión. Más allá de esa jugada puntual, no tengo más para decir de lo que ya dije”, explicó, dándole mérito a su rival por la clasificación.
“Creo que en el balance de los 180, River justificó el pase a semifinales a partir del segundo gol. Nos superó con las transiciones de los delanteros. Creo que con lo justo podríamos haber ganado la ida”, afirmó el estratega, tranquilo con la entrega de sus pupilos y sin querer darle protagonismo a la malograda jugada.
