Hace 20 años murió en un techo en Medellín el hombre más perseguido del mundo y así han cambiado las cosas.
Desde pequeño demostró tener envidiables habilidades con los negocios. Al descubrir las delicias de la riqueza, en su juventud comenzó a traficar hacia el exterior de Colombia, su tierra, cocaína y marihuana y llegó a convertirse en un prestigioso hombre de contrabando. Pablo Emilio Escobar Gaviria ha sido el más grande varón de la droga.
Fue tan grande su poder que alcanzó a tener el control del 80% de las drogas de todo el mundo.
El Estado colombiano intentó detener el poder del Cartel de Pablo Escobar, pero él mejoró sus tácticas de defensa. Entonces fue el hombre más buscado del mundo.
Se ganó el respeto de unos y el temor de otros, pero fue y sigue siendo una historia que parece nunca terminará de escribirse. Su fama le dio reconocimiento internacional cuando con Gonzalo Rodríguez Gacha, Carlos Lehder y Jorge Luis Ochoa, formaron el Cartel de Medellín.
Su vida y «obra» no deja indiferente a nadie y cuenta con fieles seguidores que admiran su legado (no necesariamente orgullosos) a través de todas las películas, series, documentales y libros que fueron creados en su honor.
El 2 de diciembre de 1993 se caería un imperio con la muerte de Pablo Escobar.
Ese día marcó un decremento en el movimiento de la mercancía colombiana. Murió en Medellín, tras una persecución de la Policía Colombiana y la DEA, cuando era el delincuente más perseguido del mundo.
Actualmente, el narcotráfico sin Pablo Escobar, el negocio de las drogas luce considerablemente más apagado que en aquellas épocas, debido a las persecusiones que acapararon el poder y control de país.
Hoy siguen existiendo importantes capos que controlan el poder de bandas menores, pero están muy alejados de conseguir la capacidad de corrupción que tuvo Escobar. Paralelamente, el consumo interno está bajo un potencial crecimiento entre los más jóvenes.