No lo sospechaban.
Este puercoespín salvaje era un recién nacido cuando fue capturado por un granjero dedicado al cultivo de papa en Hoedspruit, Sudáfrica. El animal fue llevado a Daktari Bush School and Wildlife Orphanage, un refugio para animales salvajes donde se educa a los niños de la zona para que cuiden la fauna salvaje. Allí recibió los cuidados que necesitó durante sus primeros meses. Y fue llamado Spikey.
Ian y Michele Merrifield, los directores del lugar, nunca habían estado a cargo de un puercoespín, así que se guiaron con la experiencia que tenían con otros mamíferos.
Lo prioritario era brindarle la alimentación necesaria, así que con un biberón le dieron una mezcla de leche de vaca, yema de huevo y crema de leche con un suplemento de bacterias necesarias para su digestión.
Cuando creció también empezó a comer maíz, fruta picada y vegetales.
Sus espinas no fueron un impedimento para obtener unas cuantas caricias y tomar varias siestas en compañía.
Después de un año Spikey estaba listo para ser liberado, como se lo comentaron Ian y Michele a The Dodo:
“Simplemente decidimos que él sería más feliz libre, y si tenía algún problema, él podría regresar por comida. ¡Todavía regresa! No sabemos si necesita comida o sólo disfruta nuestra compañía”.
Y ellos disfrutaron de una gran sorpresa por parte de Spikey.
Era madre de dos pequeños. Sí, era hembra y, además, madre.
Y aunque son tímidos, sus hijos son el orgullo de Spikey.