Los cuida y lame como si fueran sus propios hijos, todo para ayudarlos a confiar. Mamá humana los recibe como hogar temporal, mientras esperan una familia definitiva. Shiro (como se llama el perrito) se encarga de hacerlos sentir en casa.
“Confían en él antes que en mí”, dice Sheryl Smith. La joven rescatista lleva años trabajando de manera voluntaria, recibiendo y ayudando a animales en peligro. En una de sus aventuras, escuchó sobre Shiro, un perrito parcialmente ciego y sordo, que había pasado por 12 refugios. Algo no andaba bien.
Lo habían adoptado en 4 ocaciones, pero en todas lo devolvieron. Los motivos no importaron y apenas pudo, Sheryl lo recibió en su hogar. Estaba empeñada en demostrarle que no hay nada mejor que una familia.
Y ahora Shiro hace exactamente lo mismo, consolando a los otros animales adoptivos que pasan por casa. Los lame y cuida como si fueran sus hijos, como diciéndoles que todo estará bien.
Su bella historia comenzó en el 2018. “Hasta el día de hoy, todavía llora en el coche porque cree que lo dejarán en otro lugar”, explica Sheryl.
Sin dudas que el tierno perrito no debió pasarlo bien, pero por fortuna todo eso quedó en el pasado.
Ahora tiene una especie de “debilidad” por los otros animales desamparados. Algo en su interior le dice que están atravesando lo mismo que atravesó él.
Y como mamá humana sigue recibiendo a otros peludos desamparados (hasta que encuentren una familia definitiva), Shiro los recibe con brazos abiertos.
Ha lamido y consolado a cachorros de perros y gatos, tanto que incluso confían primero en él, antes que en Smith.
Los cuida a cada segundo, sobre todo cuando están con poca confianza y llenos de miedo.
En esta oportunidad, el gatito recién llegado (llamado Tiny Tolley) estaba muy tímido y flaco. Despertó inmediatamente el instinto de Shiro, que lo recibió con un BESO GIGANTE en medio de su pequeño rostro.
Con este gran lengüetazo, el pequeño peludo se hizo más fuerte cada día, confiando en Shiro y también en la humana. De momento está buscando un hogar, pero cuando se vaya, ahí estará el tierno perrito ciego y sordo, para consolar a su nuevo inquilino.