Cody mordía todas las correas y se alejaba de las personas, porque llevaba un temor por dentro. Sin embargo, se fue dando cuenta que ahora solo recibiría amor.
A pesar de que existe un prejuicio social contra los perros de raza pitbull, a los cuales se les señala de ser agresivos, estos peludos también merecen una segunda oportunidad. Muchos de ellos quedan abandonados a su suerte luego de ser usados por sus antiguos dueños para peleas u otras actividades de maltrato.
Este es el caso de Cody, un can de esta raza que fue encontrado vagando por las calles de California, en la costa oeste de Estados Unidos. Residentes de un vecindario reportaron que este perro se encontraba andando sin rumbo por los alrededores, así que decidieron comunicarse con una organización para que se lo llevaran.
Fue la I Pitty the Bull Foundation la que se encargó de buscarlo y ofrecerle un mejor hogar, pero no fue nada sencillo. En principio, este canino estaba muy asustado de los humanos y desconfiaba de todos, según reseñó The Dodo.
Cody estaba paranoico, seguramente por todo lo que sufrió antes. Cualquier cosa en sus alrededores era razón para temer, por lo cual mordía todas las correas que le ponían, porque imaginaba que eran para hacerle daño. Pero ya nada malo le ocurriría y su nueva familia se hizo cargo de disipar todos su miedos.
Poco a poco el perro fue bajando la guardia y comenzó a entender que nadie a su alrededor quería herirlo, sino todo lo contrario. De esa forma fue creando un vínculo cada vez más grande con su nuevo padre y así hasta aceptó salir a caminar.
“Ahora confía en los humanos. Ahora es, muy bien, voy a seguir a este sujeto. Y cada salida se volvió cada vez más fácil. Tenía ese sentimiento de que sabes que este perro estará bien”, comentó John, miembro de I Pitty the Bull Foundation.