Las tortugas marinas de especies verdes, bobas y carey fueron rescatadas en centros donde les curan las heridas, las hidratan y alimentan para ser devueltas al océano cuando son lo suficientemente fuertes.
Un barco de guardacostas de Fort Lauderdale liberó a 200 tortugas marinas en las costas de Florida, Estados Unidos. Los animales fueron llevados en cajas especiales y fueron lanzados al mar a unos 16 kilómetros de las playas.
Dentro de las tortugas liberadas en mar abierto se encuentran tortugas marinas de las especies verdes, bobas y carey, las cuales provenían de un hospital en donde estaban rehabilitándose y en donde estaban evaluando su estado de salud. Se trata del Centro de Rehabilitación de Tortugas Marinas Gumbo Limbo.
Estos hospitales están regidos por la Comisión de Conservación de Vida Silvestre y Pesca de Florida, una agencia del gobierno estadounidense fundada en 1999 que regula los recursos pesqueros y de vida silvestre del estado.
El teniente Raymond Milne, comandante de la estación Fort Lauderdale habló sobre la liberación de las 200 tortugas marinas y dijo que, como estación se enorgullecen de “nuestro deber de garantizar que las especies marinas protegidas de nuestro país reciban los recursos necesarios para ayudar a su población a recuperarse a niveles saludables y sostenibles, lo que incluye nuestra población de tortugas marinas“.
Según la Guardia Costera y NBC News, en la temporada de anidación, que es desde el 1 de marzo hasta el 31 de octubre, las tortugas que fueron liberadas, que se conocen como “washbacks” y que tienen unas pocas semanas de vida, viajaron desde su nido al océano, pero luego regresaron a la costa. Los especialistas dicen que esto es una mala señal y de que algo puede andar mal con ellas.
Para estos casos los centros de rehabilitación son imprescindibles, porque esas tortugas que llegan desde el océano generalmente sufren heridas y lesiones provocadas por depredadores. En los centros se les rehabilita, pueden descansar en un tanque y se mantienen hidratadas con líquidos.
Además, son alimentadas para que vuelvan a ser lo suficientemente fuertes para ser devueltas a su hábitat original en la Corriente del Golfo.