Ahorrar es la clave.
Una mujer llamada Anita Dhake, trabajaba vendiendo seguros y lo odiaba. Un tiempo después tuvo la posibilidad de entrar a estudiar leyes en la Universidad de Chicago (EE.UU.) y aunque era un hecho importante y le fue muy bien, no era lo que más le apasionaba en la vida. Tenía otra cosa en su cabeza: la idea de viajar por el mundo. Decidió entonces que cuando cumpliera 33 años, dejaría todo para cumplir ese sueño que algunos consideran imposible. Y lo hizo.
Anita empezó a trabajar en 2010 y en 2011 terminó de pagar su carrera. Sólo unos años después, pudo ahorrar lo suficiente para emprender vuelo.
No era una niña millonaria buscando dónde gastar su herencia. Era una joven como cualquier otra, una mujer de personalidad tranquila y despreocupada, lo cual fue clave para poder guardar lo suficiente (en lugar de gastar en ropa u otras cosas materiales).
“La mayoría de mi ropa era de mis hermanas mayores. Andaba en bicicleta, caminaba o tomaba el transporte público. No tenía auto”.
-Anita-

Claramente, tener un buen trabajo fue la clave para ahorrar.
Pero no todo fue fácil. Esta joven apasionada tuvo que enfrentar las críticas de muchas personas que la consideraban loca cuando mencionaba su plan de vida. Por esa razón, cuando su viaje empezó, decidió crear un blog donde pudiera mostrar su felicidad, sus logros y la inmensa satisfacción de haber cumplido un sueño perfecto.

Su blog se llama The Power of Thrift (El Poder del Ahorro).
En este, narra todas su aventuras y se dedica a dar consejos a quienes han pensado en hacer lo mismo.

Ahora se encuentra en Noruega y ya ha logrado recorrer rincones del mundo maravillosos.
Lugares que nunca hubiera podido ver si se quedaba sentada detrás de un escritorio.


Y la pregunta clave: ¿cuánto gasta en sus viajes?
Mensualmente gasta entre 1.500 y 2.500 dólares. Pero todo depende del país y el tipo de viaje que está haciendo. Obviamente, tener amigos en algunos lugares del mundo es de gran ayuda.

¿Su lugar favorito hasta ahora?
“Australia, porque viví ahí, y me sentía como en casa. Tailandia es fabuloso, con gran comida, masajes baratos, y mucho por hacer. España es cómodo y relajado. Brasil es muy diverso, con una cultura muy interesante. Canadá apeló a mi sensibilidad liberal. Y podría seguir y seguir”.
-Anita-

Por ahora, dentro de sus planes no existe la posibilidad de volver a casa y trabajar.
Aunque sabe muy bien que en algún momento tendrá que encontrar la forma de hacer dinero. Pero no precisamente en una oficina como abogado, sino a través de un emprendimiento. Además, espera poder hacer una organización sin ánimo de lucro. Y seguro lo logrará.

“Pero por ahora disfruto de viajar, leer, dormir y no trabajar”.