Cuando se está a cargo de una familia completa, todos los días pueden parecer un desafío. Compatibilizar todas las tareas, y hacerlas de la manera en que nos gusta, muchas veces termina siendo algo difícil. Sin embargo, no hay duda en que como mujeres, siempre sabemos lograr sacar todo adelante para que funcione.
Por eso, solemos enfrentarnos a momentos que parecen una interrupción en nuestro rol de líder y sobrellevarlos sí que es complicado, pues tenemos la idea errónea de que darnos un tiempo para nosotras mismas es algo egoísta.
Acá te enseñamos 4 situaciones desafiantes -que de seguro te representarán- y cómo superarlas:
1. Decir que no
Las mujeres nos caracterizamos por tener un alto nivel de empatía y, por lo mismo, a ratos nos cuesta mucho decir que no. Pero hay momentos en los que debemos entender la importancia de negarnos, pues no hay nada de malo en ello. No hablamos de extremos sino de encontrar un equilibrio al saber nuestros límites. Además, cuando le decimos que no a alguien, especialmente a nuestra familia, también los estamos ayudando a que puedan resolver sus asuntos por sí solos. Así que la próxima vez que te sientas cansada y quieras darte un tiempo para ti, no te sientas culpable y di que no si te piden algo que se escapa de tus manos. Te aseguramos que nada va a pasar 💕
2. Enfrentar nuevos retos
La rutina es una zona de confort. Sabemos exactamente cómo empieza el día y cómo va a terminar. Ya sea que llevemos todo en una agenda física o en nuestra cabeza, siempre tenemos ideado un plan para que todo funcione perfecto. Pero ¿qué hay de divertido en esto? Si bien es normal organizar todo para sentir tranquilidad entre el alboroto de ser una líder de familia, de repente escaparnos de esta rutina puede hacer que nuestro día termine con un sabor mucho más dulce. Desde lo más simple, como hacer algo diferente a la hora de almuerzo, hasta ir contra corriente y comprarnos alguna prenda o accesorio que jamás usaríamos pero nos encanta. El desafío de enfrentarnos a cosas nuevas es potente, pero una vez que lo saltamos, ¡vaya qué bien se siente! 💪
3. Aceptar ayuda
Qué bien nos queda el adjetivo de autosuficientes, ¿verdad? Lo somos, sí que sí, y no dejamos de serlo por pedir ayuda de vez en cuando. Al acostumbrarnos a trabajar solas, se nos olvida lo cálido que es trabajar en equipo y pedir que nos echen una mano. Con eso no dejamos de ser independientes ni menos fuertes, de hecho, admitir cuando las cosas nos están sobrepasando es de valientes. Así que la próxima vez que te encuentres en una situación así, acepta el desafío y pide ayuda, el título de Súper Mujer ya lo tienes más que ganado 🦸♀️
4. Diferenciar el amor de la necesidad
Puede sonar un poco duro, pero es fácil entregar tanto a nuestros cercanos que empieza a parecer una exigencia… y así es cómo nos damos cuenta que, de pronto, el amor comienza a convertirse más bien en una necesidad y nos empezamos a sentir agotadas. En esos casos, es bueno conversar las cosas y moverse al costado. Porque claro que es hermoso entregar y ayudar en la medida que podamos, pero también tenemos que tener en cuenta que debemos dejar que los otros se desarrollen por sí mismos y no dependan de nosotros, pues no siempre podremos estar ahí para resolverlo todo. Este es uno de los desafíos más grandes, pero como buenas mujeres, podremos lograrlo 🙆♀️
Sabemos que te sentiste más que identificada con todas estas, ahora solo tienes que sortear sus dificultades.