Como docentes de educación básica en México, es necesario estar plenamente consciente de los múltiples desafíos que podemos enfrentar no solo dentro del aula sino también fuera de ella. No es raro escuchar historias de otros profesores que tenían un método seguro de enseñanza y, con el pasar de los años, tuvieron que modificarlo para que siguiera siendo efectivo… ¡y eso es excelente! El problema es cuando aún así nada funciona.

Mi historia es, más o menos, parecida. Pero, por suerte, tiene un final feliz. Y la comparto para que profesores, cuidadores, mamás y papás sepan que siempre hay una luz de esperanza.

Durante los últimos ciclos escolares comencé a notar que mis peques del aula estaban bastante desinteresados en las clases y tenían algunas dificultades al aprender. Me invadió la duda si se trataba de mí, es decir, si la falta de atención de mis alumnos era consecuencia de un mal desempeño de mi parte.

En realidad, el mundo cambió y también la manera en que los niños reciben información, por eso les llevaba material didáctico novedoso cada inicio se semana… pero ni siquiera eso tuvo éxito. Era momento de tomar otro camino.

El reto ya no se trataba de aprender sino de hacerlo desde un interés genuino y verdaderamente participativo de su parte. Estaba cometiendo un error: mis alumnos no eran los protagonistas de mis clases. Haciendo un trabajo sincero de introspección conmigo misma, me di cuenta que la protagonista era solo yo.

Como profesora, era la única que hablaba y estaba dejando fuera el intercambio de puntos de vista para invitar a la lluvia de ideas y el pensamiento que va más allá de la lógica.

El problema ya estaba detectado, ahora había que ponerse manos a la obra para resolverlo. Entonces, en el camino de investigar de cómo hacer más ameno el proceso de enseñanza/aprendizaje, en una visita a la supervisión, una compañera me hizo una recomendación que marcó un nuevo capítulo en mi carrera.

Me habló de los cuadernos interactivos Caligrafix, que están enfocados en entregar educación de calidad a todos los niños. Se trata de material lúdico e innovador para que los peques de preescolar aprendan de lógica y números, trazos y letras. ¡Incluso tienen actividades con realidad aumentada!

Caligrafix es una editorial chilena que desarrolla material educativo y de calidad para niños y niñas en etapa preescolar y, hace un par de meses atrás, llegó a México para potenciar y ser parte de la educación de miles de estudiantes de nuestro país. Todos sus contenidos están desarrollados por profesionales y expertos en educación.

Conoce ahora mismo los cuadernos interactivos de Caligrafix: la manera más divertida de aprender.