¿Qué viene a tu mente cuando piensas en una estrella de la música? Probablemente piensas en automóviles de lujo, dinero, shows en arenas grandes y llenas de fanáticos, cantando sus canciones a todo pulmón… en fin, una vida de privilegios.
Pero la fama y el éxito no te trae una vida toda coloreada de rosa. Como todo camino en la vida, la fama también tiene su precio… y ese precio se paga de varias maneras.
1. Presión social
Cuando eres una estrella de la música, para mucha gente no eres sólo un cantante: eres un ejemplo, un modelo a seguir, un líder de opinión. Y ser todo eso es más difícil de lo que parece: a veces, debes tomar cuidado con lo que dices. Todo eso debe ser una responsabilidad enorme…
2. ¿Solo una estrella?
Cuando una persona es súper famosa, a veces la gente se olvida de su lado humano y la ve más como una estrella inalcanzable que como una persona como cualquier otra. Pero J Balvin, por ejemplo, sigue siendo ese niño de Medellín que ama su tierra y sus raíces.
3. El estrés de la cima
Imagina que eres un cantante con un montón de éxitos en la radio. Genial, ¿no? Bueno, no siempre. Cuando estás muy alto, la presión para mantenerte ahí o lograr aún más éxito es cada vez mayor. Con la fama, tu cabeza vuela a mil por hora…
4. ¿Privacidad? ¿Qué es eso?
¿Y qué decir de los paparazzis, de lo que dicen los demás, del recuerdo de esos tiempos en que podías ir a una tienda o a cualquier lugar público tranquilamente? Con el éxito, una celebridad paga el precio de decirle adiós a todo eso.
5. Ansiedad y depresión.
Cuando tienes dinero, éxito y una legión de fanáticos, pareciera que todo va de viento en popa… pero también es posible deprimirse, angustiarse y sentir todo el peso o la responsabilidad que trae la fama. ¿Acaso crees que J Balvin no se siente así también? Como muchos de nosotros, su batalla contra estos fantasmas es parte de su día a día.