Por Uber

Cuando se inventó el primer servicio de transporte por automóvil a través de una app… su inventor probablemente ni siquiera se imaginaba la magnitud de lo que traería consigo su creación. No solo porque muchas personas serían beneficiadas llegando a sus compromisos cómodamente sino también porque, desde todo lo que pasó el año pasado, en la situación que vive el mundo y México de casi no poder salir de casa, cada viaje en coche transforma un momento cotidiano que antes veíamos como nada especial en una ocasión sorprendente, valiosa y única.

A veces, un simple viaje en auto puede cambiar nuestro día, sorprendernos con una alegría y emoción inigualables. Todos tenemos alguna prueba de esto, por historias como estas:

1. La tranquilidad

Hace unos años, yo iba al gym casi obligada por mi mejor amiga. Era muy difícil para mí tener las ganas y la determinación para hacer ejercicio con ella. Pero desde que comenzó todo esto el año pasado, me la he pasado estresada todo el tiempo y lo único que quería era salir de la casa y relajarme haciendo ejercicio y escuchando música, ¿quién lo iba a pensar? Entonces, cuando se permitió el ingreso a gimnasios, llamé a mi amiga rápidamente para que saliéramos. Ahora, cada vez que pedimos un Uber para ir al gimnasio es un momento de euforia, una ocasión genial.

Andrea, 29 años


2. El alivio

Tengo una perrita muy peluda, se llama Mila. Y cuando suelta pelo, suelta MUCHÍSIMO, así que siempre la tenemos que llevar al veterinario o al pet shop para peinarla y cuidar de su pelaje. Pero, sinceramente, a veces me da mucha flojera tener que estar yendo todo el tiempo. O mejor dicho, me daba mucha flojera. Ahora, cada vez que tomo el Uber con ella, es uno de los momentos más alegres de la semana. Y a ella le encanta sentir el viento de la ventana en la cara… Es una pequeña cosa del día a día que aprendí a apreciar.

María, 45 años


3. La interacción

Yo vivo solo en mi departamento, por lo que estos períodos de encierro me han dejado bastante alejado de la sociedad. Por eso fue realmente increíble cuando salimos de semáforo rojo: tenía un poco de miedo pero aún así pedí un Uber y me fui al centro de la ciudad a pasear, sin ningún rumbo específico. Mi simple diálogo con el socio conductor del auto, mi recorrido por la calle y mi ida a la panadería por un antojo se sintieron maravillosos. Nunca pensé que interacciones sociales tan sencillas serían tan agradables. Fue como si esas personas con las que hablé fueran amigos que no veía hace tiempo.

Hugo, 33 años


4. La libertad

Después de tanto tiempo encerrado por la cuarentena, lo único que quería era salir un rato y estirar las piernas fuera de casa. Nunca pensé que una simple ida al súper fuese tan emocionante, la primera vez que volví a ir al súper, también fue la primera vez que volví a pedir un Uber, sentí una libertad indescriptible. Fue maravillosa la sensación del viento por la ventana del auto y de volver a salir al mundo para hacer algo, por simple que fuese. Ese tipo de cosas te ayuda a valorar las pequeñas cosas.

Eduardo, 25 años

Estas cosas ahora se han convertido en pequeños grandes momentos de la vida. ¿Cuál es tu pequeño gran momento que has vivido junto a Uber? Súmate a la campaña y cuéntanos tus #PequeñosGrandesMomentos para llenar la ciudad de alegría.