Consciente de lo contaminantes que pueden ser los pañales, Ayumi Matsuzaka desarrolló unos biodegradables que se convierten en una tierra negra llena de nutrientes.
En el año 2015, los ciudadanos alemanes, Ayumi Matsuzaka y Christian Schloh, fundaron el proyecto “Dycle”. Una iniciativa que tenía como fin hacer de los desechos cotidianos una aporte para el medio ambiente. Fue entonces cuando pasado el tiempo planificación y de diseño, iniciaron con los pañales biodegradables. Unos protectores higiénicos, que cuando son desechables, por cada niño, necesitan ser adquiridos entre 4.000 y 6.000 unidades. Lo que equivale a casi media tonelada de basura, la que además, al menos en el caso alemán, es quemada, produciendo así, a su vez, media tonelada de CO2.
Con lo contaminante que eran los pañales desechables, la diseñadora Ayumi Matsuzaka entendió que ahí había una problemática y un mercado que satisfacer. Creando entonces unos pañales que son compostables, los que luego de ser utilizados se recolectan en un balde, para luego ser llevados a un empresa que los termina de biodegradar y convertir en abono para las plantas.
En todo ese proceso, las familias que utilizaron estos pañales, reciben de vuelta nuevas telas para proteger a los integrantes más pequeños de su familia. Naciendo ahí el lema de su emprendimiento Dycle: “Los bebés dejan crecer los árboles”.
“Muchos tienen reservas acerca de los pañales de tela, por ejemplo, que pican. Solía ser cierto, pero hoy son realmente cómodos, transpirables y fáciles de usar. Además, los padres ahorran mucho dinero porque pueden usar pañales de tela una y otra vez. No se trata de convertir a las personas, sino de ofrecer información. Los padres jóvenes tienen muchos problemas con los que lidiar. Ayuda si alguien con experiencia puede responder preguntas. Es por eso que también ofrecemos seminarios en línea sobre el tema de forma gratuita”
– dijo Ayumi Matsuzaka a Leute Tagesspiegel–
Con la tierra negra que se crea a partir de los pañales biodegradables, se fabrica un fertilizante rico en nutrientes que puede ser utilizado en todo tipo de árboles y en distintas vegetaciones. Una oportunidad que vio esta mujer de Berlín, al darse cuenta que cada vez son más los padres y madres que quieren hacer algo bueno por sus hijos y al mismo tiempo ayudar en el cuidado del medio ambiente.