Por haber estudiado medicina en Cuba, las autoridades académicas le cerraron las puertas de las universidades en su país. Así llegó a Moscú, donde actualmente trabaja en los ensayos de la vacuna Sputnik V contra el coronavirus.
A principios del año 2007, el colombiano Germán Leonardo Abril, tomaría una decisión que cambiaría para siempre el curso de su vida. Se había graduado el año 2006 con el mejor resultado de su colegio y cuando dio el examen estatal de calidad de la enseñanza del Instituto Colombiano para la Evaluación de la Educación, sacó uno de los mejores puntajes de su zona. Sin embargo, esto no fue suficiente para poder estudiar medicina en la única escuela pública de su región. Fue en ese entonces cuando recibió una gran noticia proveniente desde Cuba, de que se había ganado una beca para estudiar en la Escuela Latinoamericana de Medicina de dicho país.

En ese establecimiento educativo confluyen estudiantes de diferentes países de América Latina, además de jóvenes de Estados Unidos y de algunos países africanos. Según German Abril, la academia donde se licenció como médico general es una de las mejores en el mundo. Un orgullo para él, que nunca pensó estudiar en esa institución luego de crecer en el municipio Mogotes, del departamento colombiano de Santander. Sin embargo, cuando volvió a Colombia el año 2013, con el deseo de continuar su carrera médica, sacando un posgrado en Neurocirugía, no fue aceptado en las universidades.

Aprobaba todos los exámenes y cumplía con los requisitos que exigía cada universidad, pero cuando llegaba el momento de la entrevista con el tribunal de elección, lo descartaban porque decían que era graduado en Cuba, y que “por eso era ‘comunista’, ‘guerrillero’, ‘socialista’, que iba organizar sindicatos y revoluciones con los trabajadores de los hospitales y los demás estudiantes de especialidades”, según contó German Abril a RT. Se le cerraron todas las puertas en su país. Pero él no se iba a rendir y ahí apareció la opción de irse a estudiar a Rusia.
Tenía muy buena impresión de la academia rusa, que cuenta con varios premios Nobel en medicina, fisiología y en química, por lo que buscó la manera de viajar a ese país y así llegó allá el año 2017. Inició un curso para hablar ruso, para posteriormente rendir una prueba para evaluar su manejo del idioma, un examen sobre su conocimiento médico general y otro sobre su conocimiento específico en neurocirugía. Le fue bien y obtuvo el puesto para la residencia en Neurocirugía en la Primera Universidad Estatal Médica de Moscú ‘IM Séchenov’. Misma casa de estudios que le permitiría convertirse en el único latinoamericano integrante del equipo que desarrolla y prueba la vacuna rusa contra el COVID-19.

Debido a que con la contingencia de la pandemia del coronavirus, la universidad decidió cambiar el perfil de la atención de sus centros médicos para enfocarlo en el tratamiento específico de los pacientes con esta enfermedad. Ahí a German Abril junto a otros estudiantes, los educaron y los entrenaron para hacer frente a esta enfermedad. Para que además, después la universidad se vinculara con el Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya, que es el que lidera el proyecto de la vacuna Sputnik V, y desde entonces participando German en su fase de ensayos clínicos.

“Son jornadas largas, hay que levantarse temprano y estar con las pilas puestas desde el primer día. El horario de trabajo es bastante flexible, en el sentido de que se sabe cuándo se inicia pero no cuándo se termina (…) Las comunidades científicas, en su mayoría, aplauden el logro ruso, pero los periodistas que cubren temas científicos, que muchas veces están movidos por otros intereses y que se basan en la información que buscan ‘googleando’, son los que lo atacan”
– dijo German Abril en su entrevista con RT.
Actualmente la vacuna rusa Sputnik V es la más adelantada que existe, desarrollándose y sometiéndose a pruebas médicas en un tiempo récord. Posible cura contra el coronavirus, que según un informe publicado por la revista The Lancet, estaría desarrollando una respuesta inmunitaria en los pacientes, y sin efectos secundarios graves.