Se trata de la legendaria “Ciudad dorada perdida de Luxor”, construida con una masa de barro por Amenhotep III y abandonada por su hijo hereje, Akhenaton.
Fue hace más de 3.400 cuando un rey del antiguo Egipto, fiel a las tradiciones de su nación, el faraón Amenhotep III construyó una legendaria pero de breve de existencia ciudad que se encontraba en la capital de su civilización, en Tebas. Donde creció su hijo, Akhenaton, quien para desgracia suya, abandonó su nombre, su religión y su capital en esta ciudad. Ya que este joven no solo dejó de llamarse Amenhotep IV y abandonó las creencias de su padre, sino que también el hogar donde creció y donde vivió junto a su consorte, Nefertiti, para irse a una ciudad completamente nueva que llamó Akhetaten (hoy Amarna).
La ciudad que construyó su padre y en la que él creció, siendo conocida hoy esta como Luxor, fue abandonada.
Y lamentablemente, así también le ocurrió a Akhenaton con su primer hijo, Tutankamón, quien después se convirtió en gobernante de Egipto y también le dio la espalda a él, ya que al igual que como lo hizo Akhenaton con Amenhotep III, este famoso rey egipcio también abandonó Akhetaten, la ciudad levantada por su padre. Sin embargo, muchos aún no entienden como Akenatón abandonó Tebas, que fue la capital de Egipto durante 150 años, y la que por cierto, Tutankamón quiso recuperar.
Respuestas que pueden encontrarse en los restos de una metrópolis real industrial dentro de Tebas que Akhenaton heredó de su padre, Amenhotep III, la que ha sido llamada como la “ciudad dorada perdida de Luxor”, debido al buen estado de sus objetos y riquezas, y a las construcciones realizadas de adobe (una especie de masa de barro).
Un poblado que fue hallado reciententemente, en septiembre del año pasado y que por lo tanto, al conocerse desde hace tan poco tiempo, los arqueólogos solo han podido conocer su superficie, ignorándose todavía mucho de su importancia en su mejor época. Aunque, el nivel de conservación ha ayudado e impresionado a muchos.
Según consignaron previamente algunos investigadores a National Geographic, este lugar hasta entonces perdido, podría haber sido el sitio de la estructura mortuoria donde los fieles de Tutankamón habrían colocado la comida y los artículos funerarios que le ofrecieron cuando murió alrededor de 1325 a.C. Sin embargo, últimamente, en vez han dado con paredes de adobe zigzagueantes de hasta casis 3 metros de altura y varios artefactos antiguos que eran utilizados en los tiempos de Amenhotep III.