Porque “el qué dirán” no es una excusa.

Cuando era pequeña, todo me daba miedo. O al menos eso pensaba hasta hace unos meses atrás que tomé la decisión de perseguir mi sueño. Y es que la verdad no era como recordaba: cuando era pequeña NO tenía miedo. El miedo es algo que vas adoptando poco a poco mientras vas creciendo: miedo a qué dirán los demás, miedo a no conseguir lo que quieres, miedo a decir lo que opinas, miedo a ser juzgado, miedo a no cumplir tus sueños, miedo a no encontrar el amor… Miedo, miedo, miedo.

Cuando uno es pequeño no piensa en estas cosas y no porque tengas otras cosas en mente (como jugar o soñar), sino porque tu alma es tan pura y no está contaminada por todas las reglas que te da la sociedad mientras creces. Tomate un tiempo y mira a los niños jugar, pregúntale a un niño qué siente, qué piensa, qué quiere: no tendrá miedo de decírtelo, ¿por qué tu sí?

El momento es ahora. Es el momento de dejar de preocuparte el qué dirán, es el momento de decidir, es el momento de perseguir tu sueño, es el momento de ser feliz. El miedo es algo que no te deja avanzar, te paraliza, te da ansiedad, te deprime. Superar ese miedo, es la mejor decisión que puedes tomar.

Y es que hay algo que sabías hace mucho tiempo cuando eras pequeño, pero que lo olvidaste mientras crecías: El miedo no existe, sólo existes tú.