No uno que te de regalos materiales, sino momentos inolvidables.
No es que tenga idealizado al hombre que deseo a mi lado, pero tengo claro lo que quiero en base a lo que yo también soy capaz de dar. Porque te merece aquel que te quiere en su vida y te lo demuestra, no aquel que para él eres una opción; te merece aquel que contribuye a tu vida como tú a la de él, y es que eso no es esperar a cambio lo mismo que tú le das a tu pareja, sólo es saber que tienes a lado un amor que ama como tú lo amas.
Me interesará aquel hombre que valore a la mujer que le dio la vida como nadie en el mundo, porque es él el que ya construyó un primer y verdadero amor hacia una mujer. Aquel que tenga la imagen de una mujer como un ser muy valioso. Aquel que se muestre siempre tal cual es en toda su esencia. Aquel que sea educado y tenga sus valores bien claros. Aquel que admita que es humano y que se equivocará una y miles de veces. Aquel que reconozca que tiene miedos y que cuando sienta que el mundo se le cae encima, sea capaz de aceptar mi ayuda.
Aquel que me pida consejos. Aquel que sepa que no siempre sabrá qué decir y cuando esto ocurra, que no se preocupe porque escucharé su silencio. Aquel que sea cuidadoso y coherente con sus palabras y actos. Aquel que quiera compartir su tiempo conmigo por voluntad propia, no porque tiene que hacerlo por cumplir un rol de pareja. Aquel que sea capaz de quererme y amarme hasta en los momentos en los que ni en los que yo misma sé a dónde voy o qué quiero de la vida, porque todos somos capaces de amar una puesta de sol, pero muy pocos las tormentas.
Aquel que quiera conocer cada rincón de mi mente y de mi cuerpo. Aquel que no se dé por vencido cuando se nos presenten conflictos o diferencias en nuestra relación. Aquel que sea mi compañero, mi cómplice, mi amigo, mi mejor amigo. Aquel que quiera descubrir lo que esconde el día a día conmigo. Aquel que no me jure un “para siempre”, simplemente que vivamos cada día lo más que podamos. Y en caso desee decirme un “para siempre”, que tenga claro que ese “para siempre” sea tan verdadero mientras dure. Aquel que sea tan fuerte y sensible a la vez. Aquel que llore cuando quiera hacerlo, sin temor alguno. Aquel que confíe en mí tanto como yo lo haré con él. Aquel que sea capaz de ser sincero, así la verdad duela. Aquel que piense muchas veces antes de intentar decirme una mentira. Aquel que se sienta tan niño como hombre cuando me tenga cerca y esté en mis brazos. Aquel que cuide lo que tenemos, porque si lo cuidamos durará todo el tiempo que queramos. Aquel que sepa y valore que tiene a una mujer que lo comprenderá, lo valorará y luchará por ese amor mutuo mientras que ambos lo deseen así.
De aquel hombre no quiero sus regalos materiales, lo que más quiero de él son momentos inolvidables, esos que dejan huella y que son sucesos que ambos recuerdan con el transcurrir del tiempo. Quiero que sepa que sé que es humano y hay veces que hará las cosas bien y otras veces no, como yo también. Quiero que aceptemos nuestros errores y sepamos manejarlos como se deben. Quiero que nos ayudemos mutuamente a desarrollarnos como personas. Quiero que sepa que todo lo que deseo de un hombre, lo va a encontrar en mí, como mujer. Por eso, no aceptaré un amor a medias, sino un amor completo, que nos lleve a la fantasía, sin escapar de la realidad. Arriesgando cada día por ese uno que se desea formar y fortalecer. Arriesgándonos a ese supuesto “para siempre” o a un “fue un placer conocerte y compartir de mi vida contigo todo este tiempo”. Pero, de lo que sea que pase, saber que fuimos todo mientras estuvimos juntos o de lo contrario si seguimos compartiendo una vida juntos, saber lo mucho que nos valoramos, nos amamos y respetamos, ante todo.