Esto no se trata de buscar culpables o de pensar en el “qué hubiera pasado si”, porque eso no va a cambiar nada
No puedo empezar diciendo que no recuerdo cuándo fue la última vez que sentí mariposas en el estómago, porque lo recuerdo muy bien.
También recuerdo cuándo fue la última vez que sufrí por amor, cuántas lagrimas lloré, cuánto alcohol tomé, cuántos kilos perdí, cuántos mensajes nocturnos mandé, cuánto tiempo gasté leyendo nuestras conversaciones una y otra vez, buscando el momento en el que todo se había perdido.
No hablo de nadie en especial, esto es sobre mí. Junto mis experiencias y llego a la conclusión de que después de una ruptura sigo un mismo patrón de “duelo” y en ese patrón se encuentra el buscar qué hice mal. Sí, me culpo a mí misma de que mi relación no haya funcionado.
Espero que tú seas mas fuerte que yo, que tu autoestima sea muy alta para no caer en este hoyo en el que ya no sabes si sufres más por lo que “perdiste” o porque tú misma eres “la culpable”.
Pero si has pasado por esto, si llegaste aquí porque estas en ese momento, esto es para ti. No fue mi culpa y tampoco es la tuya, ¡Quítatelo de la cabeza ya!
Esto no se trata de buscar culpables, de pensar en el “qué hubiera pasado si”, porque eso no va a cambiar nada. Llenamos nuestra mente de ideas y sólo hacemos que se hunda más, atormentándonos, haciendo imposible que sanemos tanto mental como sentimentalmente.
Las culpas que nos cargamos pueden ser tan absurdas como reales; “tal vez si me hubiera relacionado más con sus amigos”, “si lo hubiera terminado la primera vez que me engañó”, “si no le hubiera dicho te quiero tan rápido”, “si le hubiera dado una oportunidad más”, “si yo fuera más bonita/femenina”, “si no me hubiera acostado con el tan rápido”.
Sí, estas son algunas de las culpas que me he adjudicado de las dos relaciones más importantes de mi vida, y ambas son muy diferentes entre sí. No puedo comparar el tiempo ni sentimientos, pero tienen algo en común; me tomó un año superarlas, me han hecho aprender y me han hecho más fuerte.
Entendí que cada persona que se cruza en tu vida es por algo, te deja una lección. Su estancia puede ser larga o corta pero dejará una huella en tu vida que sin duda te ayudará en el futuro, te hace ser quien eres. Tal vez suene a un cliché, pero si las cosas no hubieran pasado como tal, yo no estaría aquí, escribiendo esto para ti, yo no estaría aquí siendo yo, amándome por lo que soy ahora y sé que esas personas que me amaron, traicionaron, odiaron y que me rompieron el corazón me trajeron aquí.
No, no cambié, no me hice pedante, ni amargada, sigo siendo yo y ahora soy selectiva.
Ya no me enamoro fácil porque sé lo que quiero y lo que merezco. No socializo sólo para tener que hacer el fin de, ¿quién necesita una plática superficial?
Tengo un año sin sentir mariposas, sin besar con el corazón, sin tomar de la mano a un hombre. Ahora siento mariposas por la vida, beso con el corazón a mis amigos y familia, ahora tomo fuerte de la mano mis sueños y los llevo conmigo.