Se iba a casar con James Packer, pero la relación terminó en octubre pasado cuando le presentaron semejante acuerdo.
Mariah Carey estaba a punto de convertirse en la esposa de James Packer cuando sorpresivamente la relación se acabó. Si bien todo parecía apuntar a que él había terminado con ella, hace poco el portal TMZ reveló la real razón de la ruptura: un acuerdo prenupcial lleno de condiciones extrañas. Si bien no es raro que se firmen de estos acuerdos, especialmente cuando el patrimonio de las partes es cuantioso, sí era extraño lo que Packer le pedía a Mariah.
Algunos de los puntos incluían que si Mariah compraba alguna joya que valiese más de 250 mil dólares y si la compraba sin tener un motivo de celebración (como matrimonio, aniversario o cumpleaños) entonces ella tendría que pagar con su dinero por las joyas. Packer sólo pagaría por joyas superiores a su valor si es que él, libremente, decidía regalárselas.
Por otro lado, dejó estipulado que él le compraría ropa a Mariah pero no a los hijos de ella y que toda ropa que le regalara no podía ser usada ni en conciertos ni en reuniones de negocios. Además, Packer le entregaría una tarjeta de crédito a Mariah que podría usar para todo esto. En caso de que Mariah quisiera usar el jet privado de su futuro esposo, tendría que preguntarle a él primero y confirmar.
Si bien esto ya parece DEMASIADO, la gota que rebalsó el vaso fue la siguiente cláusula, que la cantante encontró ofensiva:
Packer le pagaría a Mariah un sueldo de 6 millones de dólares al año, con un tope de 30 millones, por el concepto de “año de matrimonio completo”.
Sí. Packer se estaba prácticamente comprando una esposa.
Mariah terminó la relación casi instantáneamente y actualmente se encuentra exigiendo una indemnización de 50 millones de dólares, monto que ambos habían acordado deberían pagarse en caso de terminar la relación. Raro el mundo de las relaciones sentimentales de los famosos ¿no?