Llevó su veganismo a un límite extremo.
El veganismo es una práctica que cada vez adquiere más seguidores. La abstinencia de productos de origen animal ha calado hondo en algunas personas y se ha masificado alrededor del mundo. Tanto así, que no es nada extraño ver cómo algunas personas intentan imponer su pensamiento y comenzar a crear conciencia sobre el consumo de productos de origen animal, para así lograr que las personas prefieran los vegetales, frutas y evitar el daño a los animales. Sin embargo, a veces hay personas que llevan demasiado lejos su orgullo por el veganismo y provocan terribles consecuencias.
Una mujer oriunda de Pennsylvania se sentía orgullosa de ser vegana, tanto así que llegó a obsesionarse con este estilo de vida. Elizabeth Hawk, de 33 años, tenía un bebé de tan sólo 11 meses al que decidió alimentar con dos cosas: nueces y frutas. Si bien para nosotros (y su familia) puede ser descabellado, para ella era lo más normal del mundo y no dejaba de alimentar a su hijo de esa forma, informa el canal WKBN.
Claramente, las consecuencias no tardaron en llegar y provocaron que la falta de nutrición causara un retraso en el desarrollo del menor, según informaron los médicos que lo vieron.
El bebé comenzó a presentar erupciones severas en la piel y, más tarde, sus habilidades motoras comenzaban a perderse. Frente a esto, el padre del bebé y su tía se mostraron preocupados y no dudaron en llevar al bebé al hospital en West Virginia, ahí les dijeron que la comida que consumía provocó que su sistema inmunológico decayera. De hecho, el nutricionista les dijo que un bebé debe alimentarse saludablemente sus primeros 10 días.
Sin embargo, luego de las complicaciones el pequeño ha podido recuperarse poco a poco y está viviendo junto a su padre. Mientras tanto, Elizabeth está enfrentando cargos judiciales por maltrato infantil y pronto deberá presentarse a una audiencia que dicte una condena por lo que hizo.
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