El verdadero Baldor jamás usó turbante.
En gran parte de América Latina, los niños crecen aprendiendo matemáticas basándose en uno de los libros más vendidos en esta parte del planeta. Se llama “Álgebra” y fue publicado en La Habana, durante el 1941, pero los que lo conocen, lo llaman “Baldor“, en honor a su autor: un hombre que no lucía para nada parecido al de la portada.
Y si tu te topaste con el famoso texto en tus años de escuela, seguro que también sentiste algo así…
Resulta que el hombre de la portada se llamaba Abu Abdallah Muamad ibn Musa al-Khwarizmi (Al-Juarismi, para los amigos), cuyo nombre latinizado es Algoritmi, que es la raíz de la palabra “Algoritmo” que, a su vez, es el término para todas esas operaciones matemáticas que hoy ocupan un montón de herramientas tecnológicas como las redes sociales, Google y este post.
Sin embargo, Aurelio Ángel Baldor de la Vega (sí, el autor del libro), fue un abogado cubano, cuyo amor por los libros lo llevó a estudiarlos y escribir el respetado y útil texto que sigue tan vigente como cuando lo escribió.
Sus biógrafos lo describen como un ‘señorón‘ de casi dos metros, de tez morena, rostro apacible, cejas arqueadas y un cabello de ondas caribeñas que peinaba hacia atrás. Amante del béisbol y el boxeo, además de ser un fumador empedernido. También lo señalan como un “sabio y emprendedor pedagogo cubano“.
Estudió derecho en la Universidad de La Habana y dejó la isla el año 1960, tras la revolución.
Su hijo Daniel, contó el año 2000 a la revista Diners, que los líderes revolucionarios quisieron apresarlo luego de que él se negara a ser parte de ella. Tras eso, vendió los derechos de sus libros a la editorial mexicana Publicaciones Culturales y ocupó el dinero para marcharse hacia México, en julio de 1960.
Estuvo poco tiempo en México y luego de pasar por New Orleans, se radicó por largo tiempo en Brooklyn junto a su esposa, Moraima Aranalde. Tiempo después viajaron a Miami, donde pasó sus últimos días.
Y, aunque haya muerto el año 1978, muchos chicos (y no tan chicos) siguen recordándolo cada día en sus aulas. No por nada en la red hay montones de memes acerca del libro, su autor… y el hombre del turbante (que muchos indican como el primer terrorista de sus vidas). Pero, aceptémoslo, de no ser por él y sus problemas, quizá no tendríamos Facebook.