Ojalá no tuviéramos que llegar a este punto.
Kim Berkhuizenart es un artista sueco que se ha tomado muy en serio la lucha en contra del calentamiento global. Para él lo más importante de todo es crear consciencia al respecto porque es el único camino hacia un cambio global. Es por esto que se decidió a realizar un inusual proyecto: crear pequeñas esculturas de pingüinos para ponerlas en lugares estratégicos de su ciudad con el fin de recordar que estos animales son unos de los más afectados con el cambio de temperatura en los polos.
Según lo que él mismo le indico a Bored Panda, su idea se basaba en caminar dos cosas: una instalación pública con una crítica hacia la falta de consciencia con respecto a este tema medioambiental:
“Quería combinar dos cosas. Primero el hecho de que el calentamiento global y el medio ambiente no estén siendo tomados en cuenta como algo importante por muchos países en el presente. Los glaciares y el ártico se están derritiendo a un ritmo alarmante. Debemos pensar en el mundo como si fuera nuestro cuerpo: si estuvieses enfermo harías todo lo que tuvieras a tu alcance para mejorarte. Sería tu prioridad”.
“En segundo lugar, quería hacer una instalación pública que hiciera sonreír a las personas pero que también los hiciese pensar. Todos los días nos bombardean con noticias sobre cosas horribles que suceden en el mundo y la gente se cierra. Lo entiendo, es imposible poder preocuparte de cada una de las cosas malas que suceden. Por eso quería tomar esta instalación desde otra perspectiva”.
Su resultado fueron estos tiernos pingüinos que te hacen preguntarte “¿Por qué están aquí?” para luego darte cuenta de que están ahí porque su hogar en el ártico ya casi no existe como era antes.
¿Qué te parece su forma de mostrar esta potente problema? ¡Cuéntanos!