El paciente no podía mover ni un músculo de su cuerpo.
No podía mover los brazos, las piernas, los dedos. Estaba “encerrado” dentro de su propio cuerpo y mover las pupilas era lo único que podía hacer. Es lo que le pasó a Terry Newberry, un ingeniero de Gales que sufrió un grado extremo del síndrome de Guillian Bairre y que –gracias a la creatividad de su médico tratante- pudo comunicarse mientras lo padecía.
El síndrome que sufría Terry se caracteriza por una “confusión” del sistema inmunológico, que ataca a las células nerviosa pensando que son algún tipo de infección. Así lo explica el doctor que trató al galés.

En un artículo escrito en primera persona para la BBC, el médico James Williams relató cómo pudo idear una forma de comunicarse con Terry a pesar de sus graves limitaciones de movimiento.
“Terry es de mi edad y me llamó la atención la rapidez con la que perdió las habilidades básicas de comunicación. Es un lugar aterrador en el que estar (…) Estábamos muy preocupados por el daño psicológico que esto podría causar. Necesitábamos establecer una forma rápida y confiable de comunicación para ayudar a contrarrestarlo”.
-James Williams, en la BBC-
El especialista hizo énfasis en que el síndrome de Guillian-Bairre no tiene una cura en especial, solo se ayuda a los órganos a soportar la debilidad hasta que el efecto de la condición pase.
“Terry pasó más de 100 días antes de que estuviera lo suficientemente bien como para salir del hospital”.
-James Williams-
Los otros médicos habían tratado distintos métodos para comunicarse con Terry: algunos levantaban su párpado y él respondía “sí” moviendo el ojo a un lado, y “no” al otro. Otros habían probado incluso haciéndole salivar al pensar en comidas cítricas.

Sin embargo, esas técnicas tenían problemas. Por ejemplo, sus ojos se cansaban o él estaba durmiendo y no contestaba. Era extremadamente difícil la comunicación.
Eso hasta que el doctor Williams probó con otra técnica: una pantalla para comunicación con contacto visual, tecnología que se usa para personas con algunas discapacidades.

Gracias a esa tecnología, Terry pudo volver a comunicarse a través de palabras cortas y -a veces- frases.
“Fue un gran avance, en particular para sus terapistas que realmente habían luchado hasta ese momento. Así que Terry podría, en cierta forma, hablar de nuevo”.
-James Williams-
Con el paso del tiempo, el cuerpo de James comenzó a reaccionar y sus órganos a recuperar fortaleza. Tras 100 días en el hospital, el hombre pudo abandonar el hospital y retornar a su vida.