“La primera vez que tuve la idea mucha gente me llamó loco, pero yo estaba harto de mi vida de todos modos y necesitaba un descanso”.
Thomas Thwaites estaba aburrido de Londres, ya no aguantaba el estrés, las responsabilidades y todos esos problemas que conlleva vivir en una gran ciudad. Por eso, a sus 35 años, tomó una decisión radical: intentaría pasar unos días viviendo como una cabra en Suiza. Él organizó el proyecto, pasó un año creando las prótesis que le permitirían movilizarse como una, también el estómago artificial que le ayudaría a transformar el pasto en algo digerible para su sistema.
Thwaites se tomó muy en serio su proyecto. Al principio no sabía qué animal escoger para su transformación; primero pensó en un perro, sin embargo no le atraía la idea de comer carne. Después pensó en un elefante, pero luego supo que éstos sufrían de estrés post traumático y desistió de la idea. Finalmente se decidió a ser una cabra.
“La primera vez que tuve la idea mucha gente me llamó loco, pero yo estaba harto de mi vida de todos modos y necesitaba un descanso. Me encontraba sin trabajo y tenía un montón de problemas personales”.
-Thomas Thwaites (a DailyMail)-
Él instaló sus prótesis y el estómago artificial, consiguió que un pastor de Suiza lo dejara andar junto a sus cabras y así comenzó el curioso experimento…
Las prótesis fueron diseñadas con la ayuda de una clínica en Manchester, la cual ayuda a personas que han sufrido amputaciones. El estómago de cabra falso fue creado por expertos de la Universidad de Aberystwyth; estaba atado a su cintura y le ayudó a que pudiera escupir en secreto el pasto que masticaba, luego el aparato transformaba eso en una malteada que Thomas podía digerir.
A pesar de que tenía toda esta ayuda técnica, la vida como cabra no fue nada fácil para Thomas. Pasó 3 días entre los animales y en un comienzo él aseguraba que lo miraban de forma hostil.
“Sufrí mucho como cabra, debido a la pendiente y, por supuesto, porque tenía que comer hierba. Además, parece que no les gusté mucho a las cabras, a veces me parecía que realmente iban a atacarme. Y tienen cuernos realmente peligrosos. Pero después me di cuenta de que sólo estaban haciéndome saber que había una jerarquía y que yo debía saber mi lugar. El mejor momento fue cuando una de las cabras decidió ser mi amiga y me siguió a todas partes“.
-Thomas Thwaites (a DailyMail)-
Thomas dice haber aprendido algo importante gracias a sus días como cabra…
“Aprendí algo importante, y es que incluso las cabras tienen una vida muy dura y la necesidad de luchar por su existencia. Cada día fue duro, y eso es algo que simplemente es parte de estar vivo. Lo otro que aprendí es que las cabras son mejores personas que nosotros. Viven mucho más en el momento y nos muestran que tenemos que ser más relajados en la vida”.
-Thomas Thwaites (a DailyMail)-
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