Todos deberían saberlo…
Hay distintos temas que despiertan un fuerte debate en cuanto a los métodos de crianza de los hijos. También hay un millón de escuelas de pensamiento acerca de lo relacionado con el tema, sobre todo lo que se refiere a los ciclos de sueño y cuándo dejar ir a los hijos de la casa a la escuela por sí solos. Incluso la lactancia materna crea diversos puntos de vista.
Pero hay muchos otros asuntos de crianza que todavía vuelan por debajo del radar por una u otra razón. Por ejemplo, la idea de dormir en cama colectiva con los hijos (colecho) ha despertado mucha controversia, pero ¿qué pasa con las otras formas en que duerme el bebé?
Continúa leyendo para aprender más acerca de los riesgos físicos de poner a un bebé a dormir en una posición inadecuada.
Cuando un bebé nace en el hospital, lo acuestan en un moisés acolchado en forma de caja. Estas estructuras plásticas no son exactamente de aspecto agradable, pero es una disposición a prueba de carretera que funciona bien. Después de todo, un moisés básico con una simple cubierta acolchada en la parte inferior ha sido por años el estándar para dormir a los bebés.
Los bebés, especialmente los recién nacidos, deben siempre ser puestos a dormir boca arriba, sobre una superficie firme.
Además, la recomendación de los médicos es que no debería haber nada más en la cuna del bebé que no sea el colchón, mantas, almohadas y animales blandos. Con esto se ayuda a proteger a los bebés del riesgo de asfixia y muerte súbita.
Pero hay más motivos para dormir a los bebés boca a abajo y sobre una superficie adecuada.
Los bebés nacen con un “Punto blando” en la cabeza que se pondrá duro, como el resto del cráneo, con el paso del tiempo. Eso significa que los huesos en la cabeza del bebé se encuentran en movimiento mientras eso sucede.
Idealmente, el cráneo está totalmente formado a los 18 meses de edad, y tiene una forma naturalmente redondeada. Sin embargo, para que éste tenga un aspecto natural, el bebé debe poder hacer movimientos libremente con los músculos del cuello.
Dormir en un colchón plano, relativamente firme, es enormemente beneficioso porque permite que el bebé cambie de posición a lo largo de un ciclo de sueño.
También mejorará la fuerza de los músculos del cuello y la espalda, lo que hará que estar boca abajo mientras está despierto, sea mucho más fácil. En la medida de lo posible se debe evitar que el bebé se quede dormido en su silla de comer, ya que dificultará el libre movimiento de la cabeza.
Si esto fuera repetitivo, se puede llegar a una condición llamada síndrome de la cabeza plana, que se manifiesta cuando la parte blanda se cierra en una forma plana y/o sesgada. Por suerte, puede remediarse si se detecta a tiempo.
Si los bebés tienen el espacio adecuado para mover la cabeza se desarrollará normalmente, pero cuando son más grande y los huesos se fijaron de la manera y en el lugar incorrectos, pueden utilizar unos cascos especiales para darles la redondez natural.
Sin embargo, no hay nada malo en dejar que un bebé inquieto se arrulle y duerma por unas horas en un asiento de coche, un asiento inflable, o una mecedora de bebé.
Pero sí hay que moverlo a la cuna o moisés, una vez que están durmiendo profundamente. De esa manera, su cráneo en crecimiento se beneficiará.
¿Conocías esta medida de prevención? Compártela con quienes creas que se interesarían en conocerla.