Tiene 90 años y su cara de concentración y destreza confirman que la edad no es límite para manejar.
Sí, tiene 90 años, pero la reina de reinas, Isabel II, demuestra a cada paso que da sigue siendo la mujer alfa de su familia, como se vio durante un paseo en su finca escocesa. Con la solemnidad y rectitud que se le ve en actos públicos, es el mismo humor y risas que nos regala cuando tiene un tropiezo.
La monarca británica jugó con su nieta Kate, la duquesa de Cambridge, a ser su chofer, mientras sus guardias de seguridad recibieron la orden de viajar en el asiento trasero.
Condujo feliz y entusiasta con Kate, mientras se dirigían a una comida al aire libre a la que también asistiría el príncipe Willian, en las colinas de Loch Muick, en la finca de Balmoral. Las imágenes que atraparon este momento, deja ver lo mucho que disfrutan pasar tiempo juntas y cuánto luz irradia de su mutua compañía.
Mientras la reina conducía la Range Rover, su nieta Kate sonreía y se le veía relajada en el asiento del copiloto. Ella y su esposo, William, se alojaron en la residencia privada Birkhall, junto a sus pequeños hijos George y Charlotte, y el príncipe Carlos.
William, también condujo una Land Rover Defender, pero nada llamó más la atención que ver a la reina Isabel en una faceta tan poco conocida pero que es increíble.
Decenas de soldados estaban en espera de la llegada de la reina, cuando entre las colinas se escuchó el feroz motor de su vehículo, acompañado de disparos que marcaban la llegada más esperada deñ la tarde. A la hora del almuerzo, su Majestad y la duquesa de Cambridge hicieron su entrada triunfal.
Con esto deja en claro que ella es la que manda en su familia. ¿Te imaginas como ella a los 90 años?