Su protesta es ingeniosa.
June J. Rivas, una residente de Chicago (Estados Unidos), recibió un llamado de atención por parte de su jefe, quien le dijo que asistir a la oficina llevando pañuelos en la cabeza o con su pelo en una “cola de caballo” no era profesional. Sin embargo, su contrato dice claramente que no está sujeta a código de vestuario alguno.
La única exigencia de su contrato con respecto a su apariencia es presentarse “limpia y arreglada“.
Así que June tuvo motivos suficientes para presentar una queja de acoso laboral.
Como respuesta, su jefe modificó el código de vestimenta para prohibir de forma explícita el uso de pañuelos o velos en la cabeza.
También se prohibió el uso de “cintas, sombreros, sandalias, escote, espalda descubierta, encajes e incluso turbantes culturales para la cabeza“.
June denunció a su jefe ante la Comisión para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo.
Por ahora continúa asistiendo a su oficina con elaborados disfraces, que no han sido prohibidos por el código de vestimenta.
En ningún apartado se han prohibido las pelucas.
Las capas tampoco fueron prohibidas.
Las orejas falsas son legales…
Así como los lentes de contacto.
Tampoco hay tonos de pelo establecidos.
June comentó que la próxima semana irá disfrazada de Jack Sparrow, por supuesto sin el pañuelo.