La ciencia comprobó que las más exitosas son las que más años permanecen solteras.
Cuando a las mujeres están a punto de atravesar la barrera de los 30 años y aún no están casadas, existe una creencia (muy machista por lo demás) de que tienen el vestido de novia en la cartera. Sin embargo, hay muchas mujeres que, a pesar de que la mayoría de sus amigas estén ya casadas, no han dado el siguiente paso porque son más inteligentes que las mujeres promedio. Y no lo digo yo, lo dijo la ciencia.
Si eres hombre y estás leyendo esto, lo siento. Del género masculino la investigación no determinó lo mismo. Esto solo aplica a mujeres. Lo tuyo podría ser una cosa al más puro estilo de eso que llaman terror al compromiso…
El estudio fue realizado por diferentes universidades de Gran Bretaña y duró 40 años. Sí, 40 años. Por cuatro décadas analizaron a 900 personas desde los 11 años de edad hasta su adultez, y los investigadores observaron que las mujeres con mayores grados académicos y mejores puestos laborales pasan más tiempo solteras que las que no tienen esos mismos títulos y/o cargos.
Concluyeron que las mujeres que tardan más en casarse son porque son más selectivas con sus decisiones, no se apresuran en escoger una pareja, pues buscan que cumpla con todas las características necesarias para contraer matrimonio, y porque disfrutan más su independencia.
De los hombres, la investigación apuntó que es totalmente al revés: mientras más títulos académicos y puestos laborales importantes, los hombres contraen matrimonio más rápidamente. De acuerdo a los expertos, los hombres buscan generalmente a sus parejas guiados, inconscientemente, por las características que atribuyen a su propia madre.
Ojo también que la investigación concluyó que las mujeres que tardan más en casarse puede ser porque están invirtiendo mucho tiempo en su preparación profesional, dejando de lado su vida amorosa.
O también, desafortunadamente, puede ser porque se han encontrado con hombres poco seguros de sí mismos que se sienten amenazados por tal éxito, y en vez de apoyarlas y sentirse orgullosos, huyen.
Es importante siempre tener un equilibrio, pues en ningún aspecto de la vida los extremos son buenos. Y aunque está más decirlo, jamás dejarse llevar por el resto y siempre seguir las decisiones propias.
Nadie más que tú misma te conoce mejor.