Si bien se llevó el secreto a la tumba, siempre estuvo vinculada con el país que vio nacer a su madre. Sentía gran admiración y cariño por México.
Todos conocemos a Marilyn Monroe como la actriz de cine, modelo y cantante estadounidense. Considerada además como un símbolo de belleza del siglo XX y una de las mujeres más populares de Norteamérica de la época.
Sin embargo, esta ícono del pop escondió varios secretos para lograr la fama y ser conocida mundialmente. Uno de ellos, fueron sus raíces mexicanas.
Aunque el mundo la conoce como Marilyn Monroe, en realidad sus padres la nombraron como Norma Jeane Marilyn. La estrella se cambió el nombre apenas comenzó su carrera para destacar entre las demás mujeres. Hollywood por su parte, convirtió a Marilyn en este ícono sexual americano de ojos azules y pelo rubio.
Mientras que celebridades de la época celebraban sus raíces y herencias, Marilyn las escondía con su círculo más cercano. Resulta ser que la madre de la legendaria sex symbol, Gladys Pearl Monroe, nació en Piedras Negras, Coahuila, México. Por otro lado, según el Árbol Genealógico Online , la identidad del padre de la ícono del pop, todavía es desconocida.
Otis y Della Monroe –abuelos maternos de Marilyn– eran norteamericanos. Otis, nacido en Indianápolis, trabajaba como pintor para un ferrocarril en Coahuila, México y Della, nacida en Bentonville, se preocupaba del hogar.
Gladys, la madre de Marilyn, nació allí. Su vida en México no fue fácil, sus padres se mudaron al país con la esperanza de tener más oportunidades laborales. Una vez allí, comenzaron a trabajar la tierra, siendo rancheros y granjeros.
Marilyn, quien nunca habló acerca de su origen mexicano, frecuentaba el país a menudo. Ella, junto a otras celebridades, viajaban a México para asistir a reuniones y negocios en donde el alcohol estaba permitido. Se encontraban con actores y músicos, como el cantante estadounidense, Frank Sinatra.
La sex symbol, que al parecer no tenía una buena relación con su madre, abrazaba el lugar que la vio nacer y tenía un fuerte vínculo con el país. Según el medio estadounidense, Distractify, la casa de Marilyn en Brentwood, California, exhibía arte y accesorios mexicanos. Tenía un especial cariño con el país de los mariachis.