Para que se lo muestres a tu hijo adolescente cada vez que insiste que “jugar videojuegos no tiene nada de malo”.
Si tuviéramos que elegir un fenómeno del mundo moderno que no tendríamos ni la más mínima posibilidad de explicarle a alguien de los siglos pasados, sin duda que esos serían los videojuegos. Incluso con algo como el Internet podríamos salirnos con la nuestra haciendo una analogía con las comunicaciones y como a fin de cuentas, es todo una suerte de paloma mensajera de futuro. Pero algo como tener un montón de tuercas, cables y luces conectados a un televisor, que juntos son capaces de producir infinitos mundos repletos tanto de comandos enviados en peligrosas misiones, como aventuras en mundos de fantasía, o incluso, partidos épicos de futbol entre los equipos más prestigiosos del mundo, sería algo muy difícil de comprender para alguien que no los haya visto aparecer por sí mismo.

Pero por muy raros que suenen si los pensamos así como así, los videojuegos son una parte muy importante de nuestra cultura; y una que solo parece estar dispuesta a seguir creciendo. Hoy en día la industria de los videojuegos es la más rentable de todas las industrias de entretención (y por bastante), lo que significa, que hay personas en todo el mundo que ocupan una parte importante de su tiempo en ellos.

El lado negativo de esto, es que las posturas corporales a las que nos empujan los videojuegos, así como las horas y horas que somos capaces de jugarlos sin siquiera darnos cuenta, no son nada saludables para nuestro cuerpo. Se lo hemos escuchado a todo tipo de médicos y especialistas, pero como es cierto con todo, es muy distinto oírlo, que verlo. Por eso es que las personas de OnlineCasino.ca decidieron crear un modelo 3D que representara el cuerpo de un fanático de los videojuegos, luego de 20 años de diversión frente a la pantalla.
Los resultados no fueron demasiado alentadores.

Michael, como bautizaron a su aterrador modelo, cuenta con una serie de deformidades y problemas corporales. sus ojos están enrojecidos por el exceso de pantallas y rodeados por dramáticas ojeras. Su cuerpo está mal nutrido, pero aun así gordo.


Su piel luce dramáticamente pálida por la falta de luz solar. Las venas están varicosas y sus manos se han deformado por adecuarlas a los controles. La espalda la tiene jorobada y lo más perturbante de todo, es que el uso de un micrófono que presiona su cráneo por varios horas al día, terminó por deformar su cráneo.

Si ver a Michael no fue suficiente para convencerte de salir al exterior de vez en cuando, así como hacer ejercicio y cuidar tu cuerpo, la verdad es que ya no sabemos qué decirte.