También dirigió a Tom Hanks y Denzel Washington.
Si hablamos de clásicos del cine, no podríamos dejar atrás la escena de “El Silencio de los Inocentes” en la que el Doctor Hannibal Lecter conoce a la agente Starling por primera vez. Vemos su cárcel de cristal y cómo Anthony Hopkins interpreta el mejor papel de su carrera como actor a la perfección.
No hay otra película que nos produzca tanto miedo, suspenso, impresión y orgullo como aquella y todo fue gracias al director, productor y guionista, Jonathan Demme, quien murió el martes 26 de abril producto de un cáncer de esófago con 73 años. Él se encargó, desde 1971, de llevarnos grandes filmes a la pantalla grande.
Con su primer debut “Angels Hard as They Come” y luego con clásicos que remecieron la época como fue “Philadelphia”, en la que Tom Hanks interpretaba a un abogado enfermo de SIDA demandando a sus empleadores por discriminación laboral. Mientras Denzel Washington, su defensor, intentaba comprender el mundo homosexual en un momento en el que nadie lo entendía.
Demme trabajó constantemente en documentales, entre los que destacaron “Stop Making Sense”, de la banda Talking Heads y “Justin Timberlake + The Tennessee Kids”. Además, como último trabajo audiovisual, también hizo el film “Ricki and the Flash”, una comedia para Meryl Streep.