El tenista suizo ha abierto escuelas en todo el mundo durante los últimos 15 años. Solo en Malawi al sur de África, ya ha construido 50 preescolares.
Dicen que a quien obra bien, le va bien. Este fin de semana el suizo Roger Federer se coronó campeón del ATP de Basilea, y la verdad, no es ninguna sorpresa. Es uno de los mejores tenistas de la historia y pareciera no tener límites su talento, no obstante, recordemos que ya es un jugador veterano de 38 años y que la edad comienza a pasar factura.
Es por ello que el jugador desde hace 15 años ha empezado a pensar en su legado, el impacto positivo que podría generar en el mundo. El tenista abrió su fundación en 2004, la cual tiene como objetivo mejorar la educación de los niños, especialmente en lugares de acceso limitado. Federer ha abierto escuela en todo el mundo en estos últimos 15 años, sobre todo en Malawi (sur de África) donde ya ha construido 50 preescolares.

“Estoy tan feliz y emocionado que puedo ver un preescolar de esta calidad aquí, es bastante extraordinario. La comunidad está tan comprometida a ayudar a los niños, que es tan importante (como) la base para el aprendizaje”, indicó el suizo en una de sus visitas.
Tras superar los 10 años con su fundación en 2015, Roger Federer tan ambicioso como siempre se trazó una nueva meta: superar el millón de niños beneficiados para 2018. El objetivo parecía muy complicado de lograr, pero con esfuerzo, se alcanzó.

“Se necesitó mucho trabajo y determinación para lograr esto. No había otra posibilidad que lograr este objetivo porque Roger siempre logra sus objetivos. Hay un millón de niños que se benefician de la mayor calidad de la educación en la escuela, preescolar y jardín de infantes. Un millón de niños tienen ahora una mejor oportunidad de abrirse camino en la vida, conseguir un trabajo, salir de la pobreza … Roger cree en el empoderamiento de las personas y su potencial. Ese es un valor fundamental en nuestro trabajo diario”, indicó Janine Händel, directora ejecutiva de la compañía.