Tener un par de amigos en quienes podemos confiar y contarles nuestros problemas supera esos miles de amigos en redes sociales. La ciencia lo dice.
La amistad es un concepto en el que quizás no pensamos lo suficiente, pero que es un fenómeno que se da casi exclusivamente en las personas. Todos los seres vivos buscan emparejarse y conformar relaciones con otros miembros de su especie, porque de otra manera no podrían reproducirse y sus números comenzarían a descender. Pero una relación en la que las dos personas solo disfrutan de la compañía de la otra, es algo que se ve solo en un par de animales, pero en ninguno de la manera en que se da entre las personas.
Siendo un concepto así de particular, al mismo tiempo que uno tan común que a veces la damos por sentado, la amistad es algo a lo que deberíamos dar muchísima más importancia. Especialmente porque la verdad, es que no sabemos demasiado bien cómo funciona realmente.

Por suerte para nosotros, existe algo creado por nosotros mismos llamado ciencia, que está ahí para hacer todo ese trabajo que deberíamos estar haciendo, particularmente referido a aprender cómo funcionan las cosas y llegar al fondo de las dudas que la vida diaria nos genera. Como siempre ha sido capaz de ir al fondo de las cosas, la ciencia ha estudiado el tema de la amistad, generando resultados que son bastante distintos a lo que nos pueda decir el sentido común.
Sin ir más lejos, con la amistad no es una cosa de cantidad, sino que de calidad: es mejor tener un par de muy buenos amigos, que muchísimos amigos que no conocemos demasiado bien.

El experto en relaciones sociales Tim Kasser estudió la manera en las que creamos nuestras relaciones de amistad, en un estudio publicado como libro. La conclusión a la que llegó, es que la necesidad de amistad puede ser calificada en dos clases: popularidad y afinidad. La primera se refiere tener un montón de personas a las que podemos ver con regularidad, sin tener la necesidad de hablar en profundidad con ellas. La segunda, se refiere buscar a gente con la que nos entendemos y tenemos mucho en común, cosa de crear un vínculo tan potente, que nos podamos mostrar vulnerables y disfrutar sin tener miedo a las críticas.

La experta en sicología social del MIT, Sherry Turkle, analizó también el efecto que tienen las redes sociales en el concepto de amistad. Particularmente Facebook, que nos da la opción de conectarnos con miles de amigos, tiende a ser usado por gente que reporta una vida menos feliz y más dependiente de sustancias. Ella fue específica en no decir que Facebook vuelve solitaria a la gente, sino que usada por una persona que ya sufre de esto, puede agravar sus síntomas.

Esa es la verdad del asunto: mejor tener un par de mejores amigos con los que compartir las experiencias de vida, que muchísimos con los que no podemos hablar de cosas más profundas que episodios de Friends o el éxito en nuestros trabajos.