Prefieres quedarte viendo tu serie favorita en lugar de salir con alguien.
Te sientes completamente identificado cuando ves que alguien abraza con amor su televisor. Sí, has llegado a ese nivel, porque crees que no existe nada más incondicional que tu televisor, porque está ahí para ti día y noche sin ponerte excusas u obstáculos para estar a su lado. La adoras más que a las personas, incluso, y pasas mucho más tiempo mirando televisión que conversando con alguien.