“¡Pero te ves tan sana!”
Nicole Allen de 19 años es una mujer realmente increíble. A su edad ya tiene un trabajo exitoso y decenas de clientes que consideran sus clases una experiencia “que te cambia la vida”. Es una chica decidida, enfocada y que se describe a sí misma como “una adicta al ejercicio”. Sin embargo tras su esfuerzo existe una motivación secreta que dejó a sus colegas, conocidos e incluso algunos amigos impactados:
Su vida es una carrera contra el tiempo.

Cuando era un bebé, le diagnosticaron fibrosis quística, una condición genética que afecta el tejido de ciertos órganos y los llena de mucosa. En su caso, sus pulmones son los más afectados, seguido por su sistema digestivo. Depende de un coctel diario de más de 30 tabletas que incluyen medicina y vitaminas, además de un régimen de fisioterapia y visitas regulares al médico.
Las personas con su diagnóstico no suelen vivir más de 28 años.
Cuando era muy pequeña, un médico le dijo a sus padres que le haría bien hacer deporte y mantenerse activa. Lorna y Clint Allen inscribieron a Nicole en todas las clases que encontraron: baile, trampolín, equitación y gimnasia.
Eventualmente, Nicole Allen transformó su pasión por el deporte en su carrera como profesora… de zumba, box, “cardio blast”, yoga e hidrogimnasia, además de sesiones personales para algunos de sus mejores clientes.
“Siempre he sido una persona positiva y siento que debo aprovechar los periodos donde me siento bien. Cuando me motivo y estoy en forma siento que le estoy pateando el culo a la FQ— ¡Y eso me hace muy feliz!”

A pesar de su energía y positiva disposición, su enfermedad la obliga a pasar meses enteros en cama, recibiendo antibióticos de forma intravenosa.
“Apliqué a mi trabajo desde mi cama de hospital. Estaba encerrada tras cuatro paredes y decidí buscar trabajos de actividad física en el verano. El prospecto de hacer el trabajo que hago al aire libre es la motivación que necesitaba para mantenerme alegre y conectada con el lado amable de las cosas.
Mi filosofía siempre ha sido que no tengo tiempo para perder sintiendo pena por mí misma cuando estoy enferma”.

La única medida en permite que su enfermedad interrumpa su vida es a la hora de hacer planes. La fibrosis quística no es predecible, así que no tiene idea cómo va a ser su vida en dos semanas, mucho menos en cinco años. Sueña con tener una familia e hijos, pero prefiere tomarse las cosas paso a paso y de momento sólo está planeando vacaciones y explicándole a sus clientes su condición para dejar de desaparecer sin explicación.
“La gente nunca me cree cuando les explico lo que tengo y lo llegan a entender. Siempre dicen, ‘¡Pero si te ves tan sana!”

“Me gustaría que la gente aprovechara más sus vidas. Muchas personas se estresan innecesariamente por cosas muy pequeñas y me dejan preguntándome, ¿por qué estás gastando tu tiempo en tonterías?
Quiero motivar a la gente a aprovechar sus vidas. Si alguien puede decir que la vida es muy corta soy yo. Todos deberían hacer lo que necesiten para ser felices y vivir como si cada día fuese el último”.