Estoy confundido. Realmente pensé que era Madonna la de las fotos.
Seguramente se imaginó frente a cien mil personas en el escenario del Wembley Stadium, su voz era dulce y se reproducía potentemente a través de los parlantes. Corría de un lado a otro, bailaba, sonreía y luego repetía la rutina desde el comienzo. ¡Like a Virgin!, cantaba. ¡Touched for the very first time! El público, eufórico, coreaba la canción en medio de gritos y aplausos. La escena era maravillosa, pero ficticia. Porque Adam Guerra en realidad era apenas un chico de 19 años que, tendido sobre su cama un día domingo por la tarde, fantaseaba con convertirse en una diosa del pop. Madonna, en el jacuzzi de su mansión, nada sabía sobre él.
Pero, a pesar de que cualquier otra persona en el caso de Adam habría olvidado la fantasía y puesto de pie para comenzar el día, él creyó en sí mismo, tal vez un poco más de la cuenta.
Así se veía Adam en ese entonces.

La diferencia entre él y Madonna era enorme. Por si lo habías olvidado, así es cómo se ve la cantante.
https://www.instagram.com/p/BcVHDSXnyHE/?hl=es-la&tagged=madonna
Pero lejos de resignarse, Adam dio el puntapié inicial a lo que sería un largo camino de dinero y cirugías para convertirse en su ídolo de la vida.
Entonces, luego de más de 10 años, 175 mil dólares invertidos y 18 intervenciones quirúrgicas, su rostro cambió radicalmente.
Así es cómo terminó luciendo.
Sin embargo, y a pesar de lo que podría creerse, las numerosas cirugías de Adam sólo sirvieron como base para lo que él posteriormente maquillaría y vestiría a fin de lucir igual a Madonna.
Sin el “adornado”, él luce así.
https://www.instagram.com/p/B7CXLjJFkaA/