Cuando Lee Ryan ganó la lotería en 1995, probablemente tampoco imaginó que se convertiría en el primer millonario del sorteo británico en ir a la cárcel.
Siempre se ha dicho que el dinero no es la felicidad no falta razón en ello. Obvio que con una buena suma podemos conseguir cosas que necesitamos y deseamos, pero de nada sirve si no se sabe administrarlo.
Cuando Lee Ryan ganó 6,5 millones de libras esterlinas (8 millones de dólares) en la lotería en 1995, probablemente celebró por volverse rico pero no imaginó que su vida cambiaría drásticamente.
Resulta que Lee terminó en la cárcel solo 6 meses después de haberse quedado con el premio por haber manejado autos robados, motivo por el que fue condenado a 18 meses.
Lo apodaron como “Lotto Lag” y se convirtió en el primer millonario de lotería británica en ir a prisión. Para su suerte solo estuvo 9 meses ahí y optó por una vida más sencilla alquilando un piso de 2 habitaciones en Londres y ganando menos de 10.000 libras esterlinas (12.442 dólares).
Según The Sun, Lee contí que mientas cumplía una condena en 1986 por robar autos rezó para volverse millonario, pero no le tomó el peso. “Mi compañero de celda me advirtió que tuviera cuidado con lo que deseaba. El dinero era una maldición”, dijo según el medio.
Y es que no lo administró de la mejor manera.
Cuando Lee ganó el dinero en 1995, se lo gastó en una mansión de campo de 1 millón de libras esterlinas (1,2 millones de dólares) y autos de lujo como un Bentley, un Ferrari, un Porsche y un BMW con matrículas personalizadas LEE 1, LEE 2, LEE 3, LEE 4.
Mientras que la casa contaba con piscina, cancha de tenis, sauna, jacuzzi y sala de juegos, pero al costo de la seguridad ya que a su familia le llegaban amenazas de muerte.
Y la fama de Lee había llegado a la misma cárcel. “Cuando lo enviaron por primera vez a prisión, los otros reclusos se esforzaban por hacerse amigo de él por su dinero“, dijo uno de sus amigos a The Daily Record.
A pesar de que trató de cuidar a su esposa Karen y a sus hijos del peligro, terminó divorciándose en el 2003. Tras pasar un tiempo en Kirguistán con su nueva pareja, volvió a Gran Bretaña en el 2010 para dormir en la calle en un saco.
“Viajé por todo el país. Me encontré con lo que yo llamo ‘ángeles vivientes’ donde no le pido nada a nadie y alguien aparece diciendo: ‘¿Estás bien, amigo?'”, dijo según LADbible. Ahora a sus 60 años, Lee estaría trabajando como camarógrafo y recibiendo a personas sin hogar en su departamento de Londres, tratando de olvidar los lujos.