“Collecting Dust” es el nombre que Tiberio Malaiu le dio al proyecto que busca acercar la tecnología a aquellos estudiantes que no tienen acceso a ella. La idea se le ocurrió luego de participar en tutorías con alumnos de bajos recursos.
¿Alguna vez te has preguntado si ese celular antiguo que tienes escondido en el fondo de tu cajón le podría servir a alguien? Bueno, si tú no te lo has preguntado, un joven de 17 años en Chile sí. Tiberio Malaiu cursa su último año de colegio, pero todas sus energías están concentradas en “Collecting Dust”, el proyecto con el que se dedica a arreglar viejos teléfonos móviles para darles un nuevo uso y así ayudar a los estudiantes de bajos recursos que no tienen acceso a uno.
Tiberio Malaiu descubrió su vocación por ayudar en 2020, cuando participó en diferentes tutorías con estudiantes de bajos recursos que no tenían acceso a la tecnología, como un teléfono o internet. Fue en ese momento cuando algo dentro de él le dijo que no se podía quedar de brazos cruzados.
Así fue como en enero de 2021 nació “Collecting Dust”, el proyecto con el que el joven de 17 años arregla celulares en mal estado para donarlos a aquellos estudiantes que quizás nunca tendrán la posibilidad de tener uno. No importa las condiciones en la que esté, lo importante es que alguna vez haya cumplido la función de un teléfono móvil.
Cuando Tiberio participó de la tutorías se dio cuenta de que en Chile existe una desigualdad muy grande, en lo que respecta a brechas tecnológicas y educacionales. “Me di cuenta que había una falta tecnológica enorme y que muchos de estos chicos no se podían conectar porque no tenían acceso a internet ni a celulares”, dice Tiberio en conversación con UPSOCL.
Así, vio cómo poder darle utilidad a esos celulares antiguos que muchas personas desechan cuando adquieren uno nuevo. Si él los arreglaba, podían ser donados a aquellos que no tienen la posibilidad de comprar.
El joven admite que desde pequeño ha sido apasionado por la tecnología y que el primer teléfono que intentó arreglar “tratando de aprender” fue el de su madre. Aunque no resultó como esperaba, fue de gran ayuda para comenzar a pulir sus conocimientos.
Actualmente, Tiberio trabaja con un grupo de unas ocho personas, entre amigos y gente que lo ha contactado para ofrecer su ayuda, mientras intenta equilibrar sus estudios de último año con los requerimientos de “Collecting Dust”. “He tenido mucho apoyo de mi familia”, destaca el joven.
Tiberio recibe donaciones prácticamente todas las semanas. Sacando cuentas, ha arreglado al rededor de 50 celulares.
La primera vez que donó fue él quien se puso en contacto con las autoridades de los colegios de bajos recursos que necesitaban de estos teléfonos. Con el tiempo, fueron los directores de cada institución los que comenzaron a recomendar su proyecto.
Pero, ¿a qué se debe el nombre del proyecto? Según explicó el joven a UPSOCL, lo bautizó así porque “los celulares están en cajones, tirados en algún lugar en la casa, recogiendo polvo, literalmente… y en inglés eso significa collecting dust“.
Por ahora, el objetivo de Tiberio es “lograr tener un alcance con una mayor cantidad de chicos, poder cumplir y combatir esta necesidad urgente que tienen muchos de estos estudiantes para continuar sus procesos de aprendizaje. Y no es solo ahora con la pandemia, también es a futuro”.
“Lo más importante es dar tu apoyo, tu ayuda y tu tiempo”, reflexiona el joven de 17 años y explica que la única condición que deben tener los celulares donados es que sean capaces de “poder tener ciertas aplicaciones que los chicos necesiten para sus clases, como Google Classroom, Zoom, Google Meet, WhatsApp, etc.”.