Ahorrar está bien, pero disfrutar la vida es fundamental.
Mientras crecemos, el dinero cada vez se nos hace menos. Tenemos cuentas que pagar y gastos que hacer para poder vivir. Por supuesto, tienes un trabajo (o dos) y tienes ingresos. Pero parece no ser suficiente. Hay quienes se frustran o necesitan más para vivir, y se quedan trabajando horas extra, o se privan de vida social o pequeños placeres sólo por ahorrar. Ahorrar es bastante bueno. Lo que no es bueno, es desvivirse por este dinero. Puedes tener más, pero, ¿a qué costo personal?
A veces hay deudas que pagar. A veces, es bueno tener un poco de dinero guardado. No me malinterpreten, ahorrar es un muy buen hábito. Más que eso, lo es el no gastarte todo tu dinero sin que sea una necesidad. Lo malo es cuando nos obsesionamos por esto, por tener dinero, mucho a veces. Pero en esa obsesión, tampoco tenemos ningún fin para todo por lo que trabajamos.
Terminamos trabajando más duro porque sí. No comprando ciertas cosas sólo para tener una cuenta bancaria más ostentosa. Y eso no es algo sobre lo que andas alardeando a todo el mundo… pues, depende.
Por ejemplo, hoy yo tengo un préstamo universitario. Mi familia pudo darme muchas cosas, pero no podían darse el lujo de pagar una carrera universitaria completa. Quedé con algo de deudas antes siquiera de tener una cuenta (o un trabajo fijo), y es algo que debo pagar… en los próximos años.
No por eso no saldré de vacaciones (lujosas o simples), ni me compraré ropa, o saldré a tomar un trago con mis amigos, ni caminaré en medio de la noche para no pagar un taxi. Debo ahorrar e intento hacerlo, pero son cosas totalmente distintas. En especial cuando se trata de experiencias.
Partiendo porque no me siento mal por tener que pagar mi educación. Desearía que hubiese sido de otra manera, pero eso es algo que te queda para siempre. Podría ahorrar para un auto, un apartamento… pero eso vendrá después y son cosas que puedes sortear de otra forma. El punto es que no importa cuánto tienes, sino cómo lo ocupas. Y que, siempre que seas responsable, puedes disfrutar de lo que tú con tu propio trabajo, ganas.
No vas a estar todo el día en una oficina y conseguir otro trabajo sólo porque sí. Es distinto cuando tienes que hacerlo por alguna circunstancia. Pero cuando no, ¿qué punto tiene no disfrutar nada? O poder comprar muchas cosas, mucha comida, y no tener con quien compartirla.
Lo mejor que podemos hacer por nosotros mismos es invertir en nosotros (al menos una parte de) el dinero que ganamos. Tendremos cosas que pagar porque la vida y las reglas dicen que todo requiere dinero, está bien. Mas, ¿y si un día quieres ordenar comida en vez de cocinar? ¿Si quieres ir a dar un paseo a un parque que siempre has querido conocer? ¿O si quieres invitar a tus amigos a un par de copas?
Todas esas experiencias te hacen sentir bien. Te hacen estar en paz contigo mismo. Experiencias por sobre lo material y tangible. Porque no vale de nada tener todo el dinero del mundo, si no puedes usarlo por no tener tiempo, o con quien compartirlo.
El dinero no lo es todo. Hay que ser precavidos, sí. Pero tal como llega se puede ir, así que encuentra el balance en tu vida. Y más vale que lo hagas antes de que sea demasiado tarde.