La crisis sanitaria del coronavirus ha obligado a suspender el transporte público en El Salvador, pero quienes deben asistir a sus trabajos se las arreglan como sea.
El coronavirus nos ha obligado a mantener la distancia social, aislándonos y evitando todo contacto físico. Lamentablemente parece ser la única medida eficaz para evitar contagios, así que todo el mundo debe respetarla. Hay un grupo de personas, con trabajos absolutamente necesarios, que sigue haciendo funcionar al mundo.
Profesionales de la salud, supermercados y todas las labores de primera necesidad han debido acomodarse a esta rutina. Las calles vacías y ausencia de transporte ya es habitual, pero muchos salvadoreños ponen el hombro y cumplen igual: “Como sea vamos a llegar al trabajo”.
Pocas personas están autorizadas a estar en las calles y moverse por ellas. Lograrlo es en extremo complejo, pues el transporte público fue suspendido y cualquier falta a la ley es duramente sancionada.
Algunos se han visto de brazos cruzados, pero rápidamente salen del paso e incluso caminan por varios kilómetros y horas. Nada los hará faltar a su trabajo.
El gobierno de aquel país ha dicho que dispondrá un transporte especial para todos los trabajadores, sin embargo, ha resultado mucho más complejos.
Incluso algunas personas se han visto en la obligación de pagar a transportes privados e irregulares de 5 dólares, con tal de seguir cumpliendo, según ha informado el medio El Salvador.
El coronavirus ha obligado a muchos países a tomar medidas reaccionarias, tratando de contener la pandemia y viéndose contra la pared. Es una situación de crisis.
Toda opción sirve para llegar a casa o al trabajo, incluso el “autostop” a camiones.
De momento no se han reportado arrestos a personas que hayan incumplido la cuarentena obligatoria, a pesar de fiscalizar arduamente.