Es conocida como la mujer con la cintura más pequeña del mundo.
Hacer locuras por amor está bien: una serenata, pedir matrimonio con una pancarta en medio del centro comercial, o incluso, tirarse en bungee gritando “¡te amo!”. Pero modificar tu cuerpo al extremo de auto-provocarte daño está fuera de lo normal. A veces hacemos cosas locas cuando estamos enamorados, pero esto supera los límites del “amor”.
Ethel Granger fue la mujer con la cintura más pequeña del mundo de tan sólo 33 cms, hazaña que la hizo figurar en el libro de los Récords Guinness.
Lo más sorprendente es que Ethel usaba corsés sólo para complacer a su marido, quien gustaba de las cinturas delgadas y muy pequeñas. La mujer no era de contextura gruesa, es más, su cintura originalmente medía sólo ¡56 cms! Pero no era suficiente, por lo que, a petición de su marido, usó corsés cada vez mas apretados, lo que provocó un cambio contundente en su cuerpo.
Además de llevar corsés extremadamente ajustados, Granger tenía otra afición: amaba los piercings y los lucía en todo su cuerpo y rostro. Todas estas acciones tenían un sólo propósito: complacer a su esposo, William.
Ok, esto es muy loco. Jamás había escuchado de estás “locuras” en nombre del amor. Pero bueno, ellos lucen muy felices.
Ethel Granger, falleció a los 77 años. Pero el 2011, la versión italiana de Vogue dedicó su edición de septiembre a la mujer del Récord Guinness.
Puede que para algunos luzca bello, pero hay algo que siempre deben tener claro: No hay motivo para tratar de ajustarse a los estándares ajenos y vernos perfecto a los ojos de otra persona. Eso no es amor.