Los invito a apagar sus cerebros con la imagen 10.
Cuando comienzo a sentir los síntomas del estrés, me gusta apagar el cerebro. ¿Muerte cerebral? más o menos. Pero algunas veces, comento el error de no volver a encenderlo. Como un avión en modo piloto automático, funciono todo el día. Y la verdad es que, ahora, mi cerebro no está encendido.
Dejando atrás las idioteces que digo (siempre), es bueno descansar nuestras mentes del tedio. Y esta es la mejor forma de hacerlo: